Troya

La famosa Troya (antigua Ilión) de las leyendas griegas del relato de Homero se encuentra situada en el extremo noroeste de Asia Menor, en la actual Turquía, ubicada sobre el montículo Hissarlik.

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Ubicación de Troya

Muchos arqueólogos creían que realmente esta ciudad nunca existió, pues solo se tenía constancia de ella a través de los poemas épicos de Homero, donde nos cuenta la destrucción de la rica y gran amurallada Troya, tras 10 años de asedio, en el año 1.180 a.C., año referente cultural griego. Troya es conocida a través de obras como «La Iliada» donde nos cuentan la batalla de Troya entre los aqueos y los troyanos, producida por el secuestro/huida de Helena de Esparta con Paris, príncipe de Troya, donde aparecen personajes míticos como Aquiles, Héctor, Agamenon, Odiseo, Priamo o Áyax. «La Odisea» donde Homero nos cuenta las aventuras del heroe Odiseo de vuelta a casa tras la victoria en Troya. «La Eneida» obra en la que Virgilio por encargo del emperador Augusto, cuenta la historia de Eneas, troyano que logra huir junto a su hijo Ascanio, de sus descendientes proviene Romulo y Remo, fundadores de Roma, por tanto, mediante este relato se busca dar un origen mítico y divino de Roma.

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En el mito observamos como Troya en sus inicios era llamada Ilión, pues su fundador era Ilus, hijo de Tros, de quien deriva Troya. El hijo y sucesor de Ilus fue Laomedón. Durante el reinado del hijo de Laomedón, Priamo, tuvo lugar la conocida guerra de Troya por el rapto de Helena de Esparta, que provocó la captura y destrucción de la ciudad a través del conocido caballo de Troya.

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Según la historiografía se piensa que esta guerra entre los aqueos y los troyanos se produjo por motivos estratégicos, económicos y por el control de las rutas comerciales en Anatolia.

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Como ya he mencionado con anterioridad, Troya se creía que realmente no existía puesto que solo se conocía a través de la obra de Homero, pero esto cambió como la llegada de Heinrich Schliemann que demostró que los lugares que la Iliada describía eran realmente lugares históricos.

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Heinrich Schliemann

Schliemann nació el 6 de enero de 1822 en Alemania, su padre le regaló la Iliada cuando era muy pequeño. El pequeño quedó fascinado con la historia entre los griegos y troyanos, por ello, decidió desde muy joven encontrar las ciudades de la obra de Homero. Desenterró no una Troya, sino distintas troyas construidas sobre distintas fases de construcción.

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Fases ocupación de Troya

Schlimann no tenía ningún tipo de formación científica. Estuvo hasta los cuarenta y cuatro años haciendo fortuna como comerciante y posteriormente se dedicó a intentar demostrar que el relato homérico era cierto. Su primer objetivo era demostrar que la ciudad destruida de Troya era cierta. Hasta el año 1870 no empezaron las excavaciones en el monte Hissalik (Turquía), cerca de la costa, pero esta excavación era un proyecto que unos años antes había comenzado el inglés Frank Calvert y que tuvo que abandonar por falta de dinero.

Schliemann estaba convencido de la veracidad de la Troya de Homero y, a pesar de tener en su contra a toda la comunidad científica de la época que lo tildaba de loco, Schliemann comenzó las excavaciones en septiembre de 1871 con un total de ochenta trabajadores

El amante de la Iliada descubrió en los años siguientes lo que parecían tres ciudades superpuestas de cronología romana y helenística. En su afán de ir más rápido y obtener vestigios de época homérica, provocó varios destrozos arqueológicos con sus trabajos ahondando hasta los niveles de la Edad del Bronce. En esta búsqueda alcanzó en 1873 un gran hallazgo: una vasija de cobre que contenía una colección de joyas que las denominó como «El tesoro de Priamo», cuyas joyas puso sobre su esposa, Sofía Engastromenos.

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Estas piezas no tenían nada que ver con las del rey de época homérica. La enorme cantidad de objetos preciosos encontrados (más de 10.000 piezas de oro) que denominó «El Tesoro de Priamo» fue encontrado en la fase conocida como Troya II, mientras que el rey Priamo que aparece en la Iliada, habría sido habitante de la fase de Troya VI o VII, que fueron ocupadas cientos de años después.

Schliemann tuvo enormes dificultades para sacar los tesoros de Turquía, sin embargo logró ponerlo a buen recaudo, siendo valorada la colección en la astronómica cifra de 80.000 libras esterlinas de la época. Así pues el tesoro acabó en Berlín, pero tras finalizar la II Guerra Mundial con la derrota de Alemania, Stalin las traslado a su capital (Moscú) donde se encuentran actualmente en el Museo Pushkin.

En 1882 Schliemann convenció al alemán Willhelm Dörpfeld para que se uniera a su aventura, consiguiendo con ello que sus trabajos no fueran los del buscador de tesoros, sino los de un verdadero arqueólogo, ayudandole a reinterpretar las unidades estratigráficas de las distintas fases de Troya. Dörpfeld continuó la excavación en Troya tras Schliemann. Fue él quien según sus estudios colocó a la troya de Homero en el nivel VI.

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Wilhelm Dörpfeld

Finalmente, el arqueólogo estadounidense Carl Blegen rechazó la tesis de Dörpfeld de la Troya VI como fase de la Iliada, probablemente destruida por un terremoto y no por un incendio, por ello, Blegen se decidió por la fase de asentamiento de Troya VII, que data de 1.250-1.000 a.C. donde existe un amplio estrato de cenizas y restos carbonizados, entre los vestigios hallados en este estrato figuran restos de esqueletos, armas, depósitos de guijarros, etc.

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Carl Blegen

A través de los hallazgos arqueológicos podemos extraer 10 niveles de ocupación de la ciudad de Troya. Las cuatro primeras, desde Troya I a Troya IV, se desarrollan durante el III milenio a.C. habiendo una clara continuidad cultural hasta la fase de Troya V. Observamos como en la Troya VI se produce un auge de la ciudad. Troya VII por sus hallazgos es la principal candidata para identificarse con la Troya homérica. Posteriormente, Troya VIII y Troya IX son las fases de ocupación de la Grecia Arcaica, la época clásica, el periodo helenístico y la ocupación romana. La Troya X es la perteneciente al periodo Bizantino.

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Las 10 fases de ocupación de Troya

Troya I

Descubierta por Schliemann, estaba constituida por un recinto de murallas fortificadas de piedras, de 2,50 m. de grosor, probablemente con bastiones cuadrangulares. Aún quedan huellas del oriental con una altura mayor, 3,50 m. que son las que controlan la entrada. Sus murallas están formadas por piedras irregulares y se estrechaba por la parte alta. Las viviendas asociadas tienen una planta rectangular y en su interior observamos por primera vez cerámica decorada con rostros humanos esquemáticos. Esta fase de ocupación se sitúa en el periodo del Bronce Antiguo entre el 2.920-2.500 a.C. Fue destruida por un incendio y reedificada, dando lugar a Troya II.

Troya II

Pese a que Troya I fue destruida, no existe interrupción ni cronológica ni cultural con Troya II. Esta se desarrolla entre el 2.500-2.350 a.C. en ocho fases constructivas durante las que creció hasta ocupar una superficie de 9.000 m2. Su muralla es de planta poligonal y fue realizada con adobes sobre una base pétrea, en ella observamos dos puertas accesibles por rampas de piedra y torres cuadradas en los ángulos. El edificio más destacado es el megaron de unos 35 metros. En esta fase de Troya Scliemann encontró el denominado «Tesoro de Priamo».

Troya III, IV y V

Durante el III milenio a.C. una primera ola de migraciones de pueblos indoeuropeos marca en el mediterráneo sensibles cambios, registrados en la Troya de las fases III-V . Estas fases no parecen interrumpirse, pero sí ralentizarse drásticamente. Se observa como las construcciones son de peor calidad respecto a las anteriores fases. Esta se desarrolla entre el 2.350-1.800 a.C. En esta fase podemos destacar hallazgos arqueológicos como los vasos antropomórficos encontrados en Troya III por Schliemann, los hornos en cúpula y las viviendas de cuatro habitaciones de Troya IV y la ruptura cultural que se observa en el urbanismo regular con habitaciones más espaciosas de Troya V.

Troya VI

Este nivel corresponde al periodo que engloba del año 1.800-1.250 a.C. cuando probablemente un fuerte terremoto acabó con la ciudad. En este nivel destaca la fortaleza, con el monumental bastión de 9 m de altura, en caso de asedio, la ciudad disponía de una gran cisterna de 8 m de profundidad en el interior del bastión central. Utiliza una técnica de construcción compleja, con unas bases de piedra y la superestructura de adobes en una altura de 4-5 m. Además la disposición de los edificios y el urbanismo se adapta a la forma circular de las murallas, cuyo centro estaba formado por los edificios más importantes: el palacio y el templo.

Troya VII

El nivel de Troya VII abarcaría el periodo situado entre los años 1.250-900 a.C. El arqueólogo Blegen rechazó la tesis de Dörpfeld que defendía la Troya VI como la ciudad homérica y se inclinó por el nivel de Troya VII-A, algunos eruditos señalan que la ciudad del rey Priamo corresponde con Troya VII-A, a pesar de la indudable inferioridad artística y arquitectónica que la distingue de la precedente.

En el nivel Troya VII-B se ha supuesto un asentamiento de un pueblo extranjero procedente de los Balcanes. Durante este período se produjeron al menos dos incendios y uno de ellos produjo el final de esta ciudad.

El signo más evidente de un cambio en el orden social y cultural se observa en la aparición en el nivel de Troya VII-B2 un tipo de cerámica denominado knobbed ware.

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Cerámica de tipo knobbed ware

El arqueólogo Manfred Korfmann defiende un nivel de Troya VII-B3 que se diferencia del anterior por la llegada de otra colonia diferente a la anterior que se caracteriza por la utilización de la cerámica protogeométrica que desapareció en torno al 900 a.C. quedando un lugar casi deshabitado.

Troya VIII y IX

Tras un abandono de la ciudad de unos 200 años, observamos un nuevo auge arquitectónico sobre todo de tipo religioso, ya que, son las fases de ocupación de la Grecia Arcaica, la época clásica, el periodo helenístico hasta su destrucción por parte de los hombres de Mario y la posterior ocupación y remodelación romana. El nivel de Troya VIII ocuparía los años 700-85 a.C., mientras que Troya IX ocuparía 85 a.C – 400 d.C.

Troya X

Este nivel de Troya X comprende los restos de época bizantina pertenecientes al 1.300-1.400 d.C. hasta la caída de Bizancio. Posteriormente se deshabito produciendose un montículo de estratos.

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Guerra de Troya

Un saludo, Señor República.

Arminio y el despertar del gigante germánico

Arminio (16 a.C. a 21 d.C.) se convirtió en el líder de la tribu germánica de los “queruscos”, que habitaban en territorios del valle del Rin y el norte de las llanuras y los bosques del noroeste de Alemania, un territorio que en la actualidad se localiza entre Osnabrück y Hanóver.

Este caudillo germánico se caracterizó por ser germano de nacimiento pero tuvo el privilegio de ser ciudadano romano. Fue hijo de un jefe querusco denominado Segimer, a pesar de ello fue entrenado como un comandante romano obteniendo finalmente la ciudadanía y formando parte de la nobleza. Con apenas veinte años de edad lidero un destacamento querusco que formaba parte de la fuerza auxiliar romana, luchando en los territorios panonianos y en la península balcánica.

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Durante el año 8 d.C. se unió al destacamento del gobernador de la Germania Inferior, llamado Publio Quintilio Varo y que fue designado por el emperador Augusto. Arminio acompaño a estas tropas por sus conocimientos en la manera de luchar de los germanos. Su relación con el gobernador Varo al principio fue de amistad, pero al conocer los abusos a los que eran sometidos los germanos y su privación de privilegios, se hizo enemigo de Roma participando en el complot de distintos pueblos germánicos en contra del Imperio. Durante el año 9 d.C. el emperador Augusto había conseguido ampliar el limes hasta el río Elba, pero seguía patente el descontento de los pueblos germanos que se mostraban como una población belicosa y con ansias de libertad, así lo muestra en sus escritos Tácito en su obra “Germania” describiendo a sus gentes y a su tierra como un territorio dificultoso para los romanos, aunque se tiene constancia de que se diera un gran comercio.

Tras su descontento con Roma el joven Arminio decide cambiar de bando, apostando por la unión de los germanos contra el romano invasor, intentando su expulsión más allá del río Rin. Arminio tiene un gran conocimiento de las estrategias y manera de luchar de los romanos, algo que es de gran ayuda para poder vencerlos, pero el caudillo querusco sabía que era necesario la unión entre varios caudillos de la zona, pues divididos no podrían con Roma, no consiguió un gran número de alianzas pero si las necesarias para poder llevar a cabo su plan de expulsión.

En el año 9 d.C. el gobernador Varo se dirigió a la Baja Sajonia para hacer frente a la rebelión de la cual tenía conocimiento, se llevó consigo tres legiones. Las legiones XVII, XVIII y XIX, además de 6 cohortes auxiliares, caballería y demás civiles, siendo en total más de 25.000 personas. Se dirigieron al bosque de Teutoburgo, un territorio dificultoso para el combate y que los germanos conocían perfectamente. Arminio sabía que en campo abierto era imposible vencer a los romanos pero que en las condiciones que se daban en aquel bosque era posible la victoria germana, es así como lidero un conjunto de tribus germánicas en contra de Varo y los suyos.

La estrategia de Arminio era la de cansar a las tropas romanas en su camino por los bosques germánicos utilizando las terribles condiciones climáticas que se daban en esta zona. El ejército germánico llego a concentrar alrededor de 24.000 hombres que se escondían tras los árboles, también se emplearon arqueros que se encontraban en lo alto de los árboles esperando la señal de poder atacar a los romanos.

Lo que ocurrió en el bosque de Teutoburgo fue una matanza sin piedad contra unos romanos que rompieron la formación provocando innumerables pérdidas. Algunos consiguieron escapar entre ellos el gobernador Varo y lograron formar un campamento lejos de aquella carnicería, pero viendo que no tenían posibilidad de escapar de tal destino él y sus generales decidieron tomar la vía del suicidio antes que hacer frente a los germanos de Arminio. Muy pocos sobrevivieron, ya que los germanos no hicieron prisioneros.

La batalla del bosque de Teutoburgo supuso un gran revés para el Imperio Romano, se dice que el emperador Augusto tras conocer la noticia entro en pánico, llegando a gritar el nombre de Varo, recriminándole la perdida de sus legiones, así se describe en los textos; “Quintili Vare, legiones redde!” (¡Varo devuélveme mis legiones!).

Augusto tras la pérdida de un gran número de sus hombres mandó a uno de sus mejores generales de nombre Julio César Claudiano que fue acompañado por un número cercano de 50.000 soldados, donde se encontraban ocho legiones romanas. Este general cumplió con el cometido que le mando el emperador venciendo al gran líder Arminio en la conocida batalla de Idistaviso en el año 16 d.C. El general romano no consiguió acabar con la vida del querusco Arminio, pero sí hizo retroceder a sus tropas hasta más allá del Rin. Gracias a esta victoria pasaría a la historia como Julio César Germánico.

Tras esta derrota el liderato de Arminio fue en decadencia, teniendo que pasar por varios sucesos vergonzosos como fue el enamoramiento de Thusnelda, una mujer casada, por dicho motivo se fugaron juntos. La familia de la joven no aceptó tal suceso, por eso la encontraron y se la entregaron a Julio César Claudiano que la exhibió como símbolo de victoria en la ciudad de Roma. El destino de esta joven germana es incierto, pero posiblemente terminaría sus días como esclava de alguna familia romana.

El Imperio no podía hacer frente al gasto militar y económico que suponía la defensa de la frontera germana, estableciendo su frontera tras el río Rin. Arminio terminó sus días venciendo al líder de la tribu germana de los marcomanos, que terminó huyendo. Finalmente la venganza de Segestes padre de Thusnelda, que era servidor de Roma, se vio cumplida con la conspiración en contra de Arminio que acabo con su vida el año 21 d.C. a los 37 años de edad.

Arminio sería recordad como el líder germánico que hizo frente a Roma y consiguió su objetivo, la expulsión de los invasores de su tierra. Por ello en el s. XIX el nacionalismo alemán empleo su imagen para exaltar el espíritu germánico, construyéndole un monumento enorme cerca del bosque de Teutoburgo.

 

Saludos de Mr. Democracia.

 

Los gladiadores

El origen de los gladiadores se remonta al siglo VI a.C. cuando los milicianos etruscos luchaban entre sí para honrar a los difuntos caídos, con lo cual, no nació con un animo lucrativo, sino más bien, nació como un ritual funerario. Con el tiempo, Roma decidió que tal ritual debía incluirse en la vida social del pueblo, convirtiéndose en un espectáculo admirado por todo el mundo. El término gladiador proviene del termino latino gladius (espada corta), de ahí gladiador o portador de espada.

Tras la victoria de la república romana frente a la tiranía de la monarquía etrusca, los gladiadores pasaron a convertirse en esclavos, que aumentaban en número a medida que avanzaban las conquistas romanas y que estaban obligados a luchar para obtener su libertad, aunque muchos de ellos eran hombres libres o antiguos legionarios que buscaban conseguir su libertad si eran esclavos o bien ser héroes populares, el objeto de deseo de muchas mujeres, dinero y gloria en la arena.

Los combates entre gladiadores tenían lugar en los juegos públicos (Muneras) y comenzaron a organizarse como herramienta político-propagandística. El cargo político que los organizaba llamado “editor”, podía llegar a arruinarse y todo ello para conseguir fama y prestigio entre los romanos, incluso se lanzaba comida a los espectadores para poder ser elegido en los comicios próximos.

En Hispania encontramos uno de los relatos más antiguos sobre el origen de los combates de gladiadores, este echo se produjo durante la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.), según el historiador Tito Livio tras la muerte de los dos hermanos Escipiones, Cneo Cornelio Escipión y Publio Cornelio Escipión, en el año 212 a.C. de la mano de los cartagineses, su hijo Publio Cornelio Esción “El Africano”, decidió vengar la muerte de su padre y su tío, de ese modo, en el 209 a.C. “El Africano” vence a los cartagineses y conquista Carthago Nova. Tras la conquista en el 206 a.C. “El Africano” realiza unos funerales en Carthago Nova por su padre y su tío, la celebraciones tuvieron como eje central los votos a los dioses y los combates entre personajes ilustres como Corbis y Orsua, primos hermanos, que lucharon a muerte por el principado de la ciudad de Ibes.

Los gladiadores se encontraban en el escalón más bajo de la sociedad romana, junto con los actores y las prostitutas. Al contrario de lo que se cree, los gladiadores tenían una dieta vegetariana alta en proteínas, pues por su condición de esclavos, la carne era muy cara. Su alimentación era básicamente cebada, judías y frutos secos, de este modo conseguían una gran masa muscular, que les servía como escudo natural contra heridas profundas en los combates. Se han encontrado restos con numerosas fracturas, pero según los restos óseos que se han estudiado, se observa una rápida recuperación, ya que los gladiadores tendrían los mismos cuidados que las clases más altas y por cada victoria recibían una gran cantidad de dinero.

La demanda creciente de gladiadores provocó la aparición de diversas escuelas de gladiadores, también conocidas como ludus. Entre las más famosas de ellas encontramos la de Capua, Pompeya, Roma o Rávena. Estas escuelas eran estatales, siendo la figura más importante la del entrenador, llamado doctor o magister, la mayoría de ellos eran gladiadores veteranos ya retirados. Al ingresar al ludus, los aprendices practicaban con un florete de madera y se batían contra una estaca fijada en el suelo. La vida en un ludus era semejante a la vida en la prisión, los gladiadores se alojaban en pequeñas celdas y los condenados pasaban la mayor parte del tiempo encadenados. Cada luchador en el ludus se especializaba en un arma distinta , estas distinguían a cada clase de gladiores:

-Los samnitas, su armadura era utilizada por el pueblo Samnita y que tras la victoria romana en el año 44, los gladiadores adaptaron su armamento. Su armamento consistía en un escudo oblongo de gran estatura, una espada corta o gladius, un casco con visera en forma de cresta y cimera con plumas, una greba ubicada en una pierna y un brazal de metal.

Gladiador Samnita

-Los murmillones, la mayoría de sus luchadores eran procedentes de la Galia y eran característico por portar un casco de bordes amplios con una alta cresta, una pequeña túnica con cinturón ancho, protecciones tanto en piernas como en brazos, un escudo rectangular curvado, que era el utilizado por las legiones y una espada corta o gladius. La mayoría combatía contra tracios o hoplomachus.

Gladiador murmillon

-Los tracios, procedentes del pueblo griego de Tracia, estos gladiadores eran característicos por llevar un pequeño escudo rectangular, también denominado “parmela”, una espada corta con la hoja curvada denominada “sica”, protecciones en ambas piernas por el pequeño tamaño de su escudo protector tanto para el hombro como para el brazo que portaba la sica, una pequeña túnica con cinturón y un casco con visera y cresta curva acabada con cabeza de grifo con una pluma lateral. Luchaban contra murmillones y hoplomachus.

Gladiador tracio

-Los retiarius iban con una armadura muy característica, como era el tridente denominado “fuscina” en una mano y en la otra una red, no llevaban casco, ni escudo y solo llevaban algo de protección en brazos y piernas, iban vestidos con una túnica o falda con cinturón. Luchaban intentando atrapar al rival con la red y utilizar el tridente para clavárselo. También portaban un pequeño puñal para matar al rival o para deshacerse de la red, ya que esta estaba sujeta a la muñeca del gladiador. Luchaban contra los secutor y scissor.

Gladiador retiarius

-Los secutores, muy similares a los murmillones, pero con el casco cerrado y sin cresta o visera alta para no enredarse en la red de los retiarius, estaban equipados con una espada corta o gladius, aunque con el paso del tiempo utilizará espadas más largas como la denominada “spatha”, un escudo rectangular curvado de grandes dimensiones similar al de las regiones romanas denominado “scutum”. Luchaban contra los retiarius.

Gladiador secutor

-Los scissor, son una versión de los secutores, dentro de su armamento no encontramos el escudo, pero cuentan con más armadura de protección, además del gladius cuentan con una armadura en un brazo para cortar la red de los retiarius. Luchaban exclusivamente contra los retiarius.

Gladiador Scissor

-Los hoplomachus, inspirados en los hoplitas griegos, su armadura estaba compuesta por un minúsculo escudo en cuya mano también llevan un puñal, una lanza larga y las piernas completamente protegidas. Normalmente combatían contra los murmillones o los tracios.

Gladiador hoplomachus

-Los provocatores, misma armadura que los secutores, pero la diferencia se encuentra en el casco con pluma en ambos lados. Su origen es militar, tal como puede verse en el casco que recuerda al de un legionario. Luchaban contra otros provocatores.

Gladiador provocator

-Los eques, que eran característicos por combatir sobre un caballo, por ello llevaban un escudo muy pequeño (parmula) y una lanza. Estos eran característicos también por ir vestidos con túnica. Luchaban contra otro eques.

Gladiador eque

-Los venatores eran los gladiadores encargados de luchar contra los animales salvajes, su armadura es igual que los secutores, lo único que cambia es el casco, aunque también podían ir armados con lanza o tridente.

Gladiador venator

-Los dimacherius, son llamativos por no portar escudo e ir armado con dos espadas cortas o gladius, solamente llevaban protecciones en los brazos y piernas.

Gladiador dimacherius

-Los andabatae, eran los gladiadores característicos por llevar un casco sin abertura para los ojos.

Gladiador andabatae

-Los paegniarii, estos gladiadores son conocidos por combatir con un látigo, maza y un escudo que se ataba en el brazo izquierdo con correas.

Gladiador paegniarii

-Las gladiatrix, estas eran las mujeres luchadoras, solían combatir sin corazas, pero con el tiempo fueron añadiendo indumentaria. Normalmente llevaban las mismas armas que los murmillones. Luchaban contra otras mujeres o bestias.

Gladiatrix

Toda esta clase de gladiadores entrenados en el ludus estaban destinados a combatir en un lugar público, estos lugares eran los anfiteatros, de todos los anfiteatros sin duda el más conocido es el iniciado en el año 74 d.C. con el emperador Vespasiano y terminado por Tito, en el año 80, cuando fue inaugurado en una ceremonia que incluyó diez días de juegos. Se eligió para su emplazamiento la zona del antiguo lago de la Domus Aurea de Nerón, que fue desecado hacía el Tíber por una alcantarilla. El anfiteatro Flavio es nombrado así ya que fue construido por la familia Flavia, aunque es más conocido como Coliseo, esto es debido a que cerca del anfiteatro se encontraba una colosal estatua del emperador Nerón.

La víspera de los juegos era un día sagrado, celebrándose una solemne procesión seguida de sacrificios a los que asistían todos los participantes. También se celebraba un banquete de hermandad entre los gladiadores que para algunos sería su última cena. El día del combate los juegos duraban todo el día. Por la mañana se soltaban las fieras que peleaban entre sí, contra los bestiarios (gladiadores encargados de pelear contra las bestias) o para dar muerte a algún condenado. En las luchas de animales se utilizaron todo tipo de especies, como osos polares, elefantes, tigres de la india, leones africanos o incluso rinocerontes. Hacia mediodía se retiraban los cadáveres y se cubría el pavimento de arena limpia para preparar el plato fuerte: las luchas de gladiadores. Para ello, los gladiadores desfilaban lujosamente vestidos dirección al anfiteatro atravesando la ciudad. Una vez en la arena efectuaban un simulacro con armas de madera o sin punta (arma lusoria). Posteriormente se tocaba un cuerno como señal de comienzo del combate. Entonces, los lanistas escogían a los gladiadores que debían actuar y delimitaban el espacio del combate en la arena marcándolo con un bastón. Antes de empezar el combate saludaban al Emperador con su profética frase “Ave Caesar, moritori te salutant” (Ave Cesar, los que van a morir te saludan). Al llegar los gladiadores al momento final del triunfo preguntaban al público si debían matar al vencido o no, el cual previamente había pedido clemencia levantando la mano. Si los espectadores entendían que merecía el perdón extendían el brazo y cerraban el puño escondiendo el pulgar, haciendo ver que el vencedor debía arrojar su arma a tierra. Mientras que el pulgar hacia abajo significaba muerte y normalmente el arma se introducía entre la clavícula y el omóplato en posición horizontal en dirección hacía el corazón para tener una muerte rápida. Aún así, solamente uno de cada diez gladiadores moría y generalmente era por las heridas producidas durante el combate y se le mataba para evitar sufrimiento. Los gladiadores que morían en la arena eran arrastrados al espoliario por los esclavos que estaban al servicio del anfiteatro, los cuales se valían de un garfio de hierro y los sacaban por la puerta llamada de la muerte. Dicha puerta conducía al Spoliarium, dependencia del anfiteatro destinada a depositar los cadáveres para despojarlos de sus armas y vestiduras, acto que determina bien el concepto de expoliar de donde proviene la palabra.

Los gladiadores victoriosos recibían en premio palmas, coronas adornadas de cintas y en los tiempos del Imperio una gran cantidad de dinero. Cuando a un gladiador se le entregaba en premio una espada roma (rudi) era señal de que se le autorizaba para abandonar la profesión de gladiador.

Algunos gladiadores fueron tan famosos que merecieron poemas, en los que eran comparados con héroes míticos como Meleagro o Jasón, modelo de virtudes guerreras, los niños grababan sus figuras y nombre en las paredes de sus casas. Otros por su bravura o belleza, recibieron protección imperial o hicieron perder la cabeza a emperatrices como Faustina, esposa del emperador Marco Aurelio, de la que se dice que engendró a Cómodo con un gladiador del que estaba enamorada. Otros fueron famosos por revelarse al Imperio Romano, como es el caso del gladiador más famoso, Espartaco. Y finalmente, otro gladiador como Maximus Decimus Meridus “El Hispano”, que fue muy conocido durante el siglo II d.C. pero se dio a conocer gracias a la película “Gladiator”, protagonizada por Russell Crowe.

Para finalizar, si tan famosos eran los gladiadores en la antigüedad, que eran utilizados tanto para entretener al pueblo como propaganda política ¿Por qué dejaron entonces de realizarse este tipo de combates? El motivo del final de los combates gladiadores lo encontramos después del Edicto de Milán promulgado por el emperador Constantino I en el año 313, que acabó con las persecuciones al cristianismo y con lo cual que disminuyera en gran cantidad el número de combates. Aunque no fue un fin definitivo, pues los combates seguían realizándose hasta que concluyeron definitivamente en el año 404, cuando en Roma tiene lugar la última competición conocida entre gladiadores. Esto se produjo porque Telémaco en medio de un combate se lanzó a detener el espectáculo, siendo posteriormente asesinado a pedradas por los espectadores. Ante estos acontecimientos, el emperador Honorio clausuró definitivamente las luchas de gladiadores.

Aquí os dejo un enlace a un buen documental sobre los gladiadores:

Saludos, Señor República.

Cave Canem, !Cuidado con el perro!

En muchas ocasiones, cuando leemos, estudiamos, y  vemos películas y series relacionadas con el mundo romano, saltan a nuestra cabeza diversas preguntas; “¿Hemos inventado algo que los romanos no supieran? ¿Hasta dónde llega la influencia los descubrimientos de este imperio en la actualidad? ….

Pues bien, la respuesta puede llegar a sorprendernos llegando más lejos que nuestra propia imaginación, y buen ejemplo de ello, es sin lugar a dudas el punto central de esta lectura.

Cuando Pompeya fue redescubierta en 1748, hasta la actualidad, sus restos fosilizados por la explosión del Vesubio, han dado a conocer una gran diversidad de restos materiales, en buen estado de conservación que han permitido estudiar con gran precisión a la civilización romana más allá de lo que las fuentes literarias podrían llegar.

De hecho mucho de lo que conocemos en la actualidad de la sociedad  y la vida cotidiana de los romanos ha llegado a la actualidad gracias a esta tan terrible como afortunada desgracia.

Conocer la vida cotidiana de los romanos nos ha permitido comprobar cómo hemos inventado pocas cosas que esta civilización no hubiera pensado ya por nosotros. Pues llegaron a crear cosas tan simples como un letrero, en mosaico con la figura de un can en la cual podía leerse  “Cave  canem” (¡Cuidado con el perro!).

cave canem

Es  sorprendente , el pensar cómo es posible que los romanos inventasen estas cosas, suponiendo que ya entonces era una necesidad alertar a las visitas, sobre todo a las no deseadas, sobre la presencia de un perro en la casa.

Don Tiranía.

Del mausoleo de Adriano al Castel Sant´Angelo.

Uno de los grandes monumentos que se llevo a cabo en la época de gobierno del emperador Adriano. Nos estamos refiriendo al mausoleo que se encuentra próximo al río Tíber. Ya durante la época romana tardía, esta construcción fue transformada en una fortaleza militar, conservó esta función  también con los papas y se convirtió, bajo la denominación Castel Sant´Angelo, en el centro neurálgico de los recintos de defensa de la ciudad del Vaticano.

El Castel Sant´Angelo, que acogió las cenizas de los emperadores hasta Caracalla (211-217), fue, en principio, una copia del mausoleo de Augusto, en el que se orientaron tanto el modo de construcción como la forma. Un gran recinto rectangular construido en ladrillo y revestido antiguamente de adornos de mármol servía de fundamento para el enorme tambor del monumento fúnebre. Este último se construyo con paredes de relleno, bloques de tobas, traverín y otros materiales, originalmente adornadas por una balaustrada de mármol. Sobre el tambor se depositó un montículo de tierra en el que se plantaron árboles. Este montículo estaba completamente rodeado de estatuas de mármol y sobre él, a su vez, se elevaba una construcción central de escaso diámetro, sobre la cual se elevaba, a su vez, una cuadriga de bronce con la estatua de Adriano.

El lugar más importante del interior del mausoleo era la gran cámara funeraria, de disposición cuadrada, en la que se conservaban en nichos las cenizas de los emperadores junto con los bustos de los príncipes, de los cuales todavía se conserva una cabeza de Adriano y otra de su sucesor Antonio Pío.

Gracias a su masiva presencia, el Castel de Sant´Angelo ponía de manifiesto ante los ciudadanos de la capital imperial la imperturbabilidad de las instituciones estatales. Esto lo evidenció principalmente el hecho de que con su mausoleo –cuya construcción  se finalizó en el año 139, un año después de su muerte- Adriano se colocó en la misma línea histórico-política que Augusto con la clara intención de declarar inamovible la posición que ocupaba, precisamente en esta tradición.

El monumento fúnebre de Adriano, que tanto se parecía al sepulcro de la dinastía de los Julio Claudio a la que pertenecía Augusto, no era su polo opuesto sino más bien su gemelo en significado, función y tipología. El tupido entretejido de alusiones sutiles y a su vez muy inteligibles, históricas y sismológicamente dirigidas al modelo de Augusto y su anhelo de continuar el sistema imperialista.

 

Saludos de MR. Democracia.

Los grandes enemigos de Roma.

Las fuerzas contra las que lucharon los romanos fueron muy diversas, desde ejércitos de estados  e imperios rivales, como los de Cartago en el oeste o los de la Persia sasánida al este, hasta grupos de guerreros tribales y caballería nómada. No hubo nunca una gran ventaja tecnológica por parte de ninguno de los pueblos contendientes, pero sí una enorme variedad en los aspectos tácticos, de organización y disciplina, y en el concepto que tenían de la guerra. Las diferencias entre los guerreros de las tribus celtas o germanas, que seguían a su caudillo en la batalla, y las heterogéneas tropas de Cartago se tradujo en resultados muy distintos en el campo de batalla, y el ejército cartaginés estuvo a punto de lograr la conquista de Roma.

-LOS CARTAGINESES.

El ejército con el que el gran general cartaginés Aníbal invadió Italia en el 218 a.C. era una fuerza mercenaria de procedencia muy diversa, reclutada principalmente entre los aliados y tributarios norteafricanos de Cartago y en Hispania. No se hizo nada por refundir aquellas tropas en una fuerza uniforme, sino que cada pueblo luchaba con los suyos y a su manera. Los libios tenían una infantería formidable y los seminómadas númidas una excelente caballería ligera, que montaba sin silla, armada con lanzas y jabalinas. Las tribus montañesas hispanas luchaban a caballo o a pie, armadas por lo general con una espada corta.  Los baleares eran especialistas en el uso de la honda, con la que lanzaban una lluvia de piedras o bolas de plomo.

Los elefantes de guerra de Aníbal, de una raza africana menor y suministrada sobre todo por los númidas, servían para dispersar a la caballería enemiga y como torre para lanzar flechas y jabalinas.  Lo que mantenía unidad a una fuerza tan diversa eran los combates compartidos y, ante todo, la fidelidad al líder. Los mercenarios lucharían hasta el fin mientras hubiera dinero o botín para recompensarles. El ejército de Aníbal infligió una sangrienta derrota a los romanos en Cannas, en el 216 a.C., y su campaña en Italia duró quince años. Al trasladarse la lucha al norte de África, el ejército cartaginés tuvo que nutrirse de reclutas autóctonos. Roma derrotó definitivamente a aquel diluido ejército en Zama en el 202 a.C.

-LOS GERMANOS.

Las tribus y federaciones germánicas –teutones, alamanes, godos, francos, vándalos y muchas otras- figuraron entre los enemigos más decididos y persistentes del Imperio Romano desde el s.II a.C. al V d.C. Al igual que los celtas, los germanos estaban acostumbrados a la guerra tribal más o menos permanente, practicada por lo general en bandas capitaneadas por un líder experimentado y de reconocidas cualidades. Sus tácticas de batalla diferían de las de los celtas por el uso de formaciones más compactas y una mayor coordinación. Según escribió Julio César en el s.I a.C., luchaban en una densa falange de infantes armados con lanzas con punta de hierro.  Los germanos procuraban evitar las batallas campales, prefirieron la emboscada y el ataque por sorpresa seguido de una retirada rápida. Fue de este modo como debilitaron y al fin destruyeron a las legiones de Varo en el bosque de Teutoburgo, en el  9 d.C. Sus jinetes, montados sobre caballos pequeños y fuertes, avanzaban armados con escudo y jabalinas, acompañados por ligeros y veloces hombres de a pie armados de modo similar. Entre los ostrogodos y los vándalos surgió una aristocracia montada con armadura que prefiguró al caballero medieval.

Muchos guerreros de las tribus germánicas encontraron empleo como auxiliares romanos, y hacia el s. IV algunos llegaron a ocupar puestos eminentes en el Imperio Romano de Occidente.  Los godos que saquearon la ciudad de Roma en el año 410 procedían del ejército romano, y fueron jefes godos y de otros pueblos germanos quienes reinaron posteriormente en los estados surgidos tras la desintegración del Imperio de Occidente.

-LOS CELTAS.

Los celtas de Europa occidental, galos, britanos o de la península Ibérica, practicaban la guerra de un modo que contrastaba vivamente con el de los romanos. Grupos de hombres jóvenes liderados por un jefe de experiencia y valor probados realizaban incursiones en los pueblos vecinos, y las batallas tribales tenían un claro carácter ritual: antes de empezar el combate, algunos guerreros se destacaban para retar a sus enemigos al combate individual. Al atacar, cargaban entre un griterío ensordecedor. A pesar de que algunos historiadores romanos afirmaron que luchaban desnudos, solían llevar túnica y pantalones. Los guerreros de élite utilizaban casco e incluso cota de malla o armadura de cuero, aunque su defensa principal era el escudo. Luchando por lo general a pie, blandían largas espadas de tajo y lanzas cortas. Algunos pueblos celtas usaban carros para desbaratar la formación enemiga.

Los romanos se encontraron por vez primera con los celtas cuando éstos invadieron Italia en el s. IV a.C., y lucharon posteriormente contra ellos en numerosas ocasiones, entre las que destacan la campaña contra los galos dirigidos por Vercingetórix en el 52 a.C. y la supresión de la revuelta de los incenos de la reina britana Boudicca en el 60-61 d.C. A los romanos les impresionaban la fuerza física de los celtas, así como su arrojo en el combate.

 

Saludos de MR. Democracia.

 

 

Los Honderos de las Baleares

Entre las tropas especializadas que, dependiendo de las circuntancias históticas, en unas ocasiones lucharon junto a los romanos y en otras contra ellos, merecen mención especial los honderos de las islas Baleares. Estos guerreros eran famosos en todo el mundo antiguo por su destreza en el uso de la honda, unas armas muy sencillas pero terribles, capaces de una gran precisión y de hundir cascos y corazas de metal. El alcance de la honda podía llegar hasta los 100 metros de distancia. Todo aquel que osase amenazar las tierras baleares era recibido con una lluvia de piedras que a menudo se traducía en el abandono de la ocupación.

Honderos Baleares

En parte, los honderos baleáricos debían su fama al hecho de que los cartagineses los emplearon sistemáticamente en todas sus campañas, en especial durante las que lanzaron contrea los griegos en Sicilia en los Siglos V y VI a.C. en la batalla de Eknomos, donde 1000 honderos lucharon para Amílcar para derrotar a sus enemigos.

Campañas en las que combatieron los Honderos de las Baleares

Aníbal, al llegar a la Península Itálica, llegó a usar hasta 2000 honderos en las primeras filas de sus formaciones para hostigar los scutum romanos y romper sus formaciones hasta que el enemigo estaba tan cerca que, debido a su armadura ligera, podían desplazarse en retirada con comodidad y dejar paso a una infantería más preparada para combatir el cuerpo a cuerpo contra sus enemigos los romanos.

En la batalla de Zama (202 a.C), que dio por finalizada la Segunda Guerra Púnica, los honderos que el General Aníbal incorporó a sus ejércitos como infantería ligera, entre otros numerosos grupos de mercenarios hispanos que cobraban normalmente en especies, todavía desempeñaron un papel importante.

La destreza de estos guerreros con la honda se debía a que, ya desde niños, sus padres les adistraban a fondo en el manejo del arma. Uno de los primeros juguetes de los niños baleares era precisamente una honda. Se dice que cuando empezaban a familiarizarse con el objeto, las madres colocaban un pedazo de pan sobre una estaca y, hasta que los jovenes aprendices no lo tiraban al suelo con la honda, no podián comérselo. Licofrón de Calcis decía: «[…]Y las madres señalaron a sus hijos más pequeños, en ayuno, el arte de tirar; ya que ninguno de ellos probará el pan con la boca si antes, con piedra precisa, no acierta un pedazo puesto sobre un palo como blanco[…]»

Honderos Baleares

Reclutamiento de honderos de Baleares

Un detalle poco conocido es que cada hombre utilizaba tres hondas de distinta longitud y tamaño, para lanzar proyectiles a corta, media y larga distancia. Los guerreros se ataban las hondas alrededor de la frente, como si fueran diademas para tenerlas siempre encima. Las hondas se elaboraban con fibra vegetal trenzada, sobre todo de lino o esparto o bien se fabricaban con crin de caballo o nervios y tripas entrelazadas de algún animal.

Los proyectiles (llamados glandes) de pequeño o de mediano tamaño estaban hechos de plomo o de cerámica. En cuanto a los pesados, podemos asumir que los baleáricos utilizaban cualquier piedra adecuada que recogían en el mismo campo de batalla. Las balas de plomo, de forma elíptica, se hacían en moldes, en grupos de seis u ocho unidades. En casi todos los campos de batalla de la Antigüedad descubiertos en España, así como en muchas ciudades asediadas y otros yacimientos arqueológicos, se han hallado numerosos proyectiles de este tipo, lo que prueba el uso generalizado de esta clase de armas en toda la Península Ibérica y no sólo en las islas Baleares.

El sentido común sugiere que los honderos también llevaban una espada y una coetra para protegerse en el combate cuerpo a cuerpo. En las Baleares se ha encontrado algún modelo atípico de espada que puede definirse como una falcata degenerada, y que podrían haber empleado los honderos.

Asimismo, puesto que la honda era un arma barata y fácil de hacer y de cargar, es posible que los guerreros armados con lanzas y espadas también la llevaran consigo como arma secundaria. La honda tiene una larga tradición en España y, en la actualidad, todavía la utilizan los pastores de Castilla y Extremadura.

Se ha podido confirmar la eficacia de la hondava partir del 123 a.C., durante la conquista de la Baleares por Quinto Cecilio Metelo. Cuando la flota romana bordeaba las islas en busca de puntos de desembarco adecuados, Metelo se vio obligado a ordenar a sus hombres que extendieran pantallas hechas de pieles de animales en los costados de sus embarcaciones para protegerles de los proyectiles lanzados desde la costa.

Los honderos baleáricos vestían sencillas túnicas y poseían un equipo de guerra mínimo, pero su puntería con la honda era letal. Normalmente llevaban tres hondas, para alcanzar objetos situados a diferentes distancias.

Las Islas Baleares aún conservan su gran legado del pasado, puesto que las islas Baleares fueron en primer lugar, denominadas Gimnesias, después, cuando fueran ocupadas por los griegos, ya que sus habitantes atacan a sus adversarios con piedras que voltean con la honda, éstos denominaron Balears a las islas que éstos habitaban, nombre derivado que significa: lanzar.

Decia el historiador Diodoro de Sicilia de los Honderos Baleares que: «utilizando esta arma son capaces de arrojar proyectiles mayores que los lanzados por otros honderos y con una fuerza tan grande que parece que el proyectil ha sido lanzado por una catapulta. Por ello en los ataques a las ciudades son capaces de desarmar y derribar a los defensores que se encuentran en las murallas y, si se trata de combates en campo abierto, consiguen romper un número enorme de escudos, yelmos y toda clase de corazas«.

Saludos,  Señor República.