Arminio y el despertar del gigante germánico

Arminio (16 a.C. a 21 d.C.) se convirtió en el líder de la tribu germánica de los “queruscos”, que habitaban en territorios del valle del Rin y el norte de las llanuras y los bosques del noroeste de Alemania, un territorio que en la actualidad se localiza entre Osnabrück y Hanóver.

Este caudillo germánico se caracterizó por ser germano de nacimiento pero tuvo el privilegio de ser ciudadano romano. Fue hijo de un jefe querusco denominado Segimer, a pesar de ello fue entrenado como un comandante romano obteniendo finalmente la ciudadanía y formando parte de la nobleza. Con apenas veinte años de edad lidero un destacamento querusco que formaba parte de la fuerza auxiliar romana, luchando en los territorios panonianos y en la península balcánica.

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Durante el año 8 d.C. se unió al destacamento del gobernador de la Germania Inferior, llamado Publio Quintilio Varo y que fue designado por el emperador Augusto. Arminio acompaño a estas tropas por sus conocimientos en la manera de luchar de los germanos. Su relación con el gobernador Varo al principio fue de amistad, pero al conocer los abusos a los que eran sometidos los germanos y su privación de privilegios, se hizo enemigo de Roma participando en el complot de distintos pueblos germánicos en contra del Imperio. Durante el año 9 d.C. el emperador Augusto había conseguido ampliar el limes hasta el río Elba, pero seguía patente el descontento de los pueblos germanos que se mostraban como una población belicosa y con ansias de libertad, así lo muestra en sus escritos Tácito en su obra “Germania” describiendo a sus gentes y a su tierra como un territorio dificultoso para los romanos, aunque se tiene constancia de que se diera un gran comercio.

Tras su descontento con Roma el joven Arminio decide cambiar de bando, apostando por la unión de los germanos contra el romano invasor, intentando su expulsión más allá del río Rin. Arminio tiene un gran conocimiento de las estrategias y manera de luchar de los romanos, algo que es de gran ayuda para poder vencerlos, pero el caudillo querusco sabía que era necesario la unión entre varios caudillos de la zona, pues divididos no podrían con Roma, no consiguió un gran número de alianzas pero si las necesarias para poder llevar a cabo su plan de expulsión.

En el año 9 d.C. el gobernador Varo se dirigió a la Baja Sajonia para hacer frente a la rebelión de la cual tenía conocimiento, se llevó consigo tres legiones. Las legiones XVII, XVIII y XIX, además de 6 cohortes auxiliares, caballería y demás civiles, siendo en total más de 25.000 personas. Se dirigieron al bosque de Teutoburgo, un territorio dificultoso para el combate y que los germanos conocían perfectamente. Arminio sabía que en campo abierto era imposible vencer a los romanos pero que en las condiciones que se daban en aquel bosque era posible la victoria germana, es así como lidero un conjunto de tribus germánicas en contra de Varo y los suyos.

La estrategia de Arminio era la de cansar a las tropas romanas en su camino por los bosques germánicos utilizando las terribles condiciones climáticas que se daban en esta zona. El ejército germánico llego a concentrar alrededor de 24.000 hombres que se escondían tras los árboles, también se emplearon arqueros que se encontraban en lo alto de los árboles esperando la señal de poder atacar a los romanos.

Lo que ocurrió en el bosque de Teutoburgo fue una matanza sin piedad contra unos romanos que rompieron la formación provocando innumerables pérdidas. Algunos consiguieron escapar entre ellos el gobernador Varo y lograron formar un campamento lejos de aquella carnicería, pero viendo que no tenían posibilidad de escapar de tal destino él y sus generales decidieron tomar la vía del suicidio antes que hacer frente a los germanos de Arminio. Muy pocos sobrevivieron, ya que los germanos no hicieron prisioneros.

La batalla del bosque de Teutoburgo supuso un gran revés para el Imperio Romano, se dice que el emperador Augusto tras conocer la noticia entro en pánico, llegando a gritar el nombre de Varo, recriminándole la perdida de sus legiones, así se describe en los textos; “Quintili Vare, legiones redde!” (¡Varo devuélveme mis legiones!).

Augusto tras la pérdida de un gran número de sus hombres mandó a uno de sus mejores generales de nombre Julio César Claudiano que fue acompañado por un número cercano de 50.000 soldados, donde se encontraban ocho legiones romanas. Este general cumplió con el cometido que le mando el emperador venciendo al gran líder Arminio en la conocida batalla de Idistaviso en el año 16 d.C. El general romano no consiguió acabar con la vida del querusco Arminio, pero sí hizo retroceder a sus tropas hasta más allá del Rin. Gracias a esta victoria pasaría a la historia como Julio César Germánico.

Tras esta derrota el liderato de Arminio fue en decadencia, teniendo que pasar por varios sucesos vergonzosos como fue el enamoramiento de Thusnelda, una mujer casada, por dicho motivo se fugaron juntos. La familia de la joven no aceptó tal suceso, por eso la encontraron y se la entregaron a Julio César Claudiano que la exhibió como símbolo de victoria en la ciudad de Roma. El destino de esta joven germana es incierto, pero posiblemente terminaría sus días como esclava de alguna familia romana.

El Imperio no podía hacer frente al gasto militar y económico que suponía la defensa de la frontera germana, estableciendo su frontera tras el río Rin. Arminio terminó sus días venciendo al líder de la tribu germana de los marcomanos, que terminó huyendo. Finalmente la venganza de Segestes padre de Thusnelda, que era servidor de Roma, se vio cumplida con la conspiración en contra de Arminio que acabo con su vida el año 21 d.C. a los 37 años de edad.

Arminio sería recordad como el líder germánico que hizo frente a Roma y consiguió su objetivo, la expulsión de los invasores de su tierra. Por ello en el s. XIX el nacionalismo alemán empleo su imagen para exaltar el espíritu germánico, construyéndole un monumento enorme cerca del bosque de Teutoburgo.

 

Saludos de Mr. Democracia.

 

Vlad Drácula: vida y mito

Vlad Drácula también conocido como Vlad Tepes o Vlad III es un monarca que desde su vida (1431-1476) años que datan entre el final de la Edad Media e inicios de la Edad Moderna (1453 caída de Constantinopla y 1492 descubrimiento de América) hasta nuestros días ha sido objeto de diversas interpretaciones, dando lugar a la creación de diversos mitos y leyendas que con el paso del tiempo han ido engrandeciendo la figura de este personaje, pasando de ser el rey de Valaquia a ser el Príncipe de las Tinieblas, ya que Bram Stoker basó su obra Drácula en el personaje de Vlad Drácula. Este artículo se ocupa de la evolución de esta figura durante la Edad Moderna hasta la llegada a Bram Stoker, escritor que se basó en nuestro personaje para la creación de la obra literaria de Drácula (1897), novela que dio forma al mito del vampiro que tanto se ha difundido tras su éxito y que en la actualidad ha dado lugar a una gran saga tanto de libros como de películas de ciencia ficción sobre vampiros.

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Biografía

Vlad Draculea nació en Sighisoara (cerca de Valaquia, Transilvania, Rumanía) el año 1431 y muerto cerca de Bucarest (capital de Rumanía) el año 1476.

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Nacido en 1431 en Sighisoara, cerca de Valaquia (Transilvania, Rumanía) durante el exilio de su padre Vlad II Dracul. Vlad Tepes fue uno de los tres hijos legítimos de Vlad Dracul, príncipe de Valaquia y miembro de la Orden del Dragón. Esta orden, en la cual ingresó Vlad Dracul por concesión de Segismundo de Luxemburgo en el año 1431, tenía como emblema una serpiente alada, símbolo del diablo en la cultura folclórica rumana, y en sus filas se encontraba un numeroso ejército de fieros guerreros.

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Vlad Tepes vivió una infancia traumática, hecho que sin duda resultó determinante a la hora de conformar su sádica personalidad. Entre 1436 y 1444, pasó su infancia en Tirgoviste, capital de Valaquia, ya que su padre recuperó el trono.

De 1444 a 1448, él y su hermano pequeño Radu II el Bello, permanecieron como rehenes entregados por su propio padre a los turcos en Edirne (Adrianópolis) como símbolo de apoyo al sultán Murad II. Durante su cautiverio, el joven Vlad fue adiestrado en las artes de la guerra y se familiarizó con la cultura y la lengua turca, pero en octubre de 1448, tras el asesinato de su padre que había muerto apaleado y de su hermano Mircea, al cual le habían quemado los ojos con un hierro candente antes de enterrarlo aún con vida. Ambos sucesos fueron ordenados por el conde Juan Hunyandi, antiguo aliado de Vlad II, y apoyados por los boyardos, que eran la aristocracia local, a los cuales Vlad tuvo desde entonces odio eterno. Vlad con el apoyo de los turcos retornó a Valaquia, donde fue coronado  como nuevo rey bajo el nombre de Vlad III.

Este primer reinado no durará mucho, ya que, ese mismo año tuvo que abandonar el poder, pues se produjo la rebelión de los boyardos, encabezados por Juan Hunyadi, regente de Hungría, esto obligó a Vlad a exiliarse en noviembre de 1848, primero a Moldavia y más tarde a Hungría.

Este suceso no freno sus ansias de recuperar el trono, más bien lo ascendió, puesto que reunió a su propio ejército y finalmente en el año 1456 vio cumplido su sueño al recuperar la corona de su ansiada Valaquia, tras matar a Vladislav II.

Durante su segundo reinado en Valaquia que data entre 1456 y 1462, empieza a forjarse su imagen negativa y la leyenda sobre el sadismo de Vlad Dracula a quien empiezan a denominar como Vlad Tepes, a quien se le atribuyen más de cien mil muertes durante este periodo. Esta imagen negativa proviene de su entorno en las poblaciones sajonas y húngaras, con quienes mantendrá una política de tensa hostilidad y enfrentamientos, al igual que con los turcos.

En 1462, lanza una ofensiva contra el territorio fronterizo turco, que causó veintitrés mil muertos, a la que Mehmet II responde en junio con una campaña, en la que el sultán está a punto de perecer, y en la que los otomanos lograron acabar con los recursos del rey de Valaquia, entronizaron al hermano de Vlad, Radu II el Bello como rey de Velaquia y lo obligaron al exilio en Hungria. Una vez allí, pidió asilo al rey húngaro, Matías Corvino, quien, lejos de atender sus peticiones, lo traslado a Pest y lo mantendrá encarcelado y retenido durante doce años, alegando falsas acusaciones.

En julio de 1475, el rey de Hungría lo libera y pone a disposición de Vlad un ejército a fin de recuperar para su reino el territorio de Valaquia. Un año más tarde, en noviembre de 1476, Vlad Tepes volvía a hacerse con la corona de Valaquia tras la victoria en la batalla de Vaslui, en la que contó con el apoyo de las tropas de su primo, el principe Esteban Bathory de Moldavia, con un ejército formado por transilvanos, boyardos valacos y moldavos.

Tras esta batalla, su primo Esteban volvió a Transilvania dejando a Vlad en una posición muy débil frente a los enemigos turcos. Por ello, a las pocas semanas de su triunfo, en la Navidad de 1476, el rey de Valaquia, Vlad III fue asesinado en una emboscada realizada por los turcos, que lo asesinaron y exhibieron su cabeza en una estaca en Estambul.

Mitos y leyendas de su figura durante la Edad Moderna

Como ya he mencionado anteriormente, Vlad Dracula fue el personaje en el que el escritor irlandés Bram Stoker se inspiró para crear el personaje del vampiro en el Conde Drácula, con lo cual observamos que la imagen que ha dado lugar durante su vida y que nos ha llegado a la actualidad sobre él es una imagen negativa, perversa, de sádico, de diabólico y de no tener compasión hacia el enemigo.

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Esto por lo que se observa ya viene de herencia anterior a él, ya que su padre se gana por méritos propios el apodo de “Dracul” (El Diablo) por su afamada crueldad y sangre fría y que posteriormente heredaría su predecesor. Predecesor que ha pasado a la historia por su apodo Drácula (proviene de “Draculea”). La terminación “ulea” en rumano quiere decir “hijo de”, lo que podría traducirse como “El hijo del Diablo”.

En los documentos de la época se le describe como un tirano sanguinario, alejado de la fe cristiana, que goza con la muerte indiscriminada y que siente predilección por empalar a sus víctimas, lo que le valdrá posteriormente, a mediados del siglo XVI, el apelativo de ‘Empalador’ que en rumano significa Tepes, de ahí su denominación más conocida como la de Vlad Tepes (Vlad el Empalador) y que llevará a convertirlo en el famoso Drácula.

Su comportamiento diabólico y sin compasión se entiende ya desde muy pequeño, pues a muy temprana edad, trece años, fue enviado junto a su hermano, por su propio padre para ser rehén del sultán turco y luchar en su ejército de ese modo aprendió muy tempranamente disciplina militar y no pudo gozar de una infancia placentera.

Lo cierto es que un delegado papal en la corte húngara lo describió así:
No era muy alto, pero sí corpulento y musculoso. Su apariencia era fría e inspiraba cierto
espanto. Tenía la nariz aguileña, fosas nasales dilatadas, un rostro rojizo y delgado y unas
pestañas muy largas que daban sombra a unos grandes ojos grises y bien abiertos; las cejas negras y tupidas le daban aspecto amenazador. Llevaba bigote, y sus pómulos sobresalientes hacían que su rostro pareciera aún más enérgico. Una cerviz de toro le ceñía la cabeza, de la que colgaba sobre unas anchas espaldas una ensortijada melena negra.

Esta descripción nos describe a un personaje frío, que provoca miedo y espanto, nos describen la imagen de un sádico que no siente compasión ante nadie y concuerda con los mitos y leyendas que se cuentan en torno a su figura.

En la actualidad, observamos como esa imagen ha ido cambiando y que tanto en las películas como en los libros actuales se representa a Dracula como un personaje más varonil y sobre todo romántico, algo que no concuerda con su descripción en los documentos de la época.

Como ya he mencionado anteriormente, el apodo de Tepes nos indica su predilección a la hora de ejecutar a sus enemigos, puesto que tenía predilección por la técnica empalamiento. Esta técnica de tortura y ejecución terrorífica consistía en introducir a la victima sobre una estaca de punta afilada de aproximadamente 3,50 m de longitud atravesarlo por el ombligo o el corazón, levantarlo y dejarlo morir, esta muerte sería relativamente rápida y estaría destinada para los más afortunados.

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Es destacable la leyenda que cuenta que un buen día un comerciante extranjero pidió auxilio a Vlad porque unos ladrones le habían robado un saco con monedas de oro, Vlad le dijo a ese comerciante que se marchara y regresara mañana, al día siguiente este comerciante entro al salón principal donde allí se encontraba Vlad en su trono rodeado de los ladrones, sus mujeres e hijos empalados a su alrededor y le dio la bolsa de monedas al comerciante y le pregunto si estaba todo el oro, a lo que el comerciante con voz temblorosa respondió que le sobraba una moneda, Vlad le dijo que su honradez le había salvado ya que había una de más, si hubiera dicho que estaba todo hubiera acabado empalado al igual que sus ladrones.

La población se quejaba de los continuos robos que sufrían por parte de ladrones y asaltantes en sus territorios, además de los pobres, que según Vlad no aportaban nada al país. Para erradicar esto, cuenta la leyenda que organizó un festín en una casa de las afueras de la ciudad, en la cual se invitó a pobres, ladrones, tullidos, leprosos y enfermos. Cuando ya todos estaban bien servidos de comida y borrachos de vino, Vlad se presentó con su guardia en la casa y preguntó a todos los allí reunidos si querían una vida sin privaciones ni preocupaciones y que todos los días se dieran festines como aquél, a lo que los mendigos y demás personas respondieron que sí y que había sido el mejor día de sus vidas. Vlad mandó a sus soldados que cerraran todas las puertas de la casa y prendieran fuego sobre ella. Nadie quedó con vida. Eliminó la pobreza acabando con los pobres. Esto se fue repitiendo con todos los mendigos en cada comarca de su principado.

Nunca sabremos si esto es verdad o mentira, pero lo que sí es cierto es que este comportamiento convertirá a su país en un lugar más seguro sin ladrones, llegó a tal nivel de seguridad que según la leyenda en las fuentes y plazas de los pueblos se mandaban colocar una copa de oro para beber de ella, ya que nadie sería capaz de robarlas, pues en caso de hacerlo sería sometido ante la justicia de Vlad.

Hay un mito sobre las caravanas de comerciantes alemanes que en su ruta no pararon por su amada Valaquia a comerciar con Vlad. Éste, al enterarse de la falta de respeto hacia él y su pueblo, mandó asesinar a los comerciantes exceptuando a dos, pero a estos dos no les perdono, sino que a uno de ellos le sacó los ojos y al otro le cortó la lengua y los hizo volver con las cabezas de los comerciantes a su lugar de partida.

Además, según cuenta la tradición rumana dos monjes fueron a reunirse con Vlad a su castillo. Cuando entraron observaron los cuerpos empalados al rededor de la corte y Vlad les preguntó que qué les parecían los empalamientos, uno de ellos respondió que hacía muy bien en hacerlos pues era una misión divina castigar el crimen, mientras que el otro lo condenó. Uno de los monjes fue empalado y el otro fue recompensado. Según las versiones tradicionales rumana y rusa, premió al honesto y empaló al que lo alabó.

También es conocido su afán por beberse la sangre de sus enemigos y comer rodeado de empalados, un visitante que comió junto a él tuvo que taparse la nariz al no poder respirar con la olor a putrefacción que había en la sala, Vlad se lo tomo como una falta de respeto y lo mando empalar en lo más alto del salón ya que allí podría respirar mejor.

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Supuestamente, entre 40.000 y 100.000 personas murieron de esta manera, o a través de otros métodos de tortura, a manos de los hombres de Vlad, durante los años que duraron sus sucesivos reinados, siendo su segundo reinado (1456-1462) el que lo culminó con su imagen negativa: enemigos, traidores, delincuentes de todo tipo e incluso algún mendigo. Vlad odiaba, más que cualquier cosa, los robos, las mentiras, el adulterio, y no perdonaba a nadie por su rango, es más cuanto mayor era el rango del traidor, más duro era el castigo.

De este mismo modo, Vlad consiguió acabar con los enemigos interiores como eran los boyardos (aristocracia local) quienes asesinaron a su padre y a su hermano. Estos durante su segundo reinado entraron como invitados a un festín el día de Pascua de 1459 en Tirgoviste, donde les pidió ir vestidos con sus mejores galas. Cuando terminaron de cenar, Vlad mandó empalar a los más viejos que fueron atados, colocados boca abajo y empalados con estacas romas que penetraban más lentamente en su cuerpo para que el suplicio durara más. Vlad los dejaba pudriéndose durante meses. Se dice incluso que un ejército turco que pretendía invadir Valaquia se volvió atrás, aterrado, cuando encontró a varios miles de empalados descomponiéndose en lo alto de sus estacas, a ambas orillas del Danubio.

Mientras que a los boyardos más jóvenes los obligó a ir desde Tirgoviste hasta lo alto del monte Poenari. Los boyardos fueron a pie y muchos perecieron en el largo camino, pero los que llegaron aún con vida fueron obligados allí a trabajar como mano de obra esclava y a construir el castillo de Vlad, de este modo sus preciosas ropas de galas quedaron convertidas en harapos, mientras eran obligados a construir el castillo e iban muriendo de cansancio, enfermedad o de hambre a lo largo de los meses de trabajo. Este castillo es el conocido como Fortaleza de Poenari y este es el verdadero castillo de Vlad.

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Verdadero castillo de Vlad en Poenari

Esta fortaleza estaba localizada en un punto estratégico excelente en lo alto del monte Poenari y desde el que podía visualizar Velaquia y la llegada de cualquier enemigo. En la actualidad, cuando se habla del Castillo de Drácula muchos piensan erroneamente en el Castillo de Bran como lugar de la antigua residencia de Vlad, esto se debe a que Ceacescu, antiguo presidente de Rumanía, sabía que tras la obra de Bram Stoker sobre Drácula una oportunidad así no la podía dejar de escapar, pues el castillo real de Vlad Tepes estaba en ruinas y andaba lejos de las principales atracciones turísticas, por lo que decidió buscar en otras localizaciones como Brasov, capital turística del esquí en Rumania, allí se encontraban varios castillos y fortalezas, entre los que destacaba el Castillo de Bran, lugar del que hizo publicidad para atraer turismo.

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Castillo de Bran (falso castillo de Vlad)

Además de todo esto, Vlad logro atrapar al más peligroso de sus adversarios, Dan Voeivod en la primavera de 1460, al que obligo a cavar su propia tumba y asistir a su funeral antes de hacerlo decapitar.

Tras acabar con los enemigos interiores, Vlad se dispuso a acabar con los enemigos exteriores. De este modo, decidió alzarse contra los turcos. Este alzamiento contra los turcos empezó en 1459, cuando el papa Pio II convocó a una nueva cruzada contra los turcos, en el congreso de Mantua. Pero solo Vlad y Matías Corvino, rey de Hungría respondieron afirmativamente a la petición del papa. En 1460, el sultán Mehmet atacó la fortaleza de Smederevo, en Serbia, cerca de la frontera con Valaquia lugar donde residía un gran amigo de Vlad, y allí despellejo y luego descuartizo a uno de los mejores amigos de Vlad, Miguel Szilahyi.

A partir de ese instante, Vlad decidió que Valaquia debía dejar de pagar el tributo al sultán turco y dejar de servir como intermediario entre turcos y húngaros. Este tributo anual que Valaquia debía pagar a los otomanos consistía en 10.000 ducados y 200 niños cristianos, para ser formados como jenízaros. Cabe recordar que él mismo junto a su hermano fueron mandados por su padre desde muy pequeños como parte de este tributo. Cuando Mehmet II se percato de que Vlad no iba a pagar, envió a varios representantes de su corte a Tirgoviste, para pedir explicaciones a Vlad por su retraso en el pago del tributo. Estos iban ataviados con sus ropas tradicionales, entre ellas el turbante. Al presentarse ante él, Vlad les preguntó por qué no le mostraban respeto descubriéndose la cabeza, y los turcos respondieron que no era costumbre en su país. Vlad ante tal ofensa respondió a las exigencias de los enviados turcos clavándoles el turbante a sus cabezas.

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A finales de 1461, Vlad comenzó con su plan para liberar Valaquia del yugo turco. Empezó por atacar las fortalezas otomanas del Danubio. Aunque en algunas de ellas no le hizo falta usar la fuerza, como en la fortaleza de Giurgiu, lugar al que entró disfrazado de turco, y hablando el turco a la perfeccion, allí engaño a los defensores de la fortaleza para que le abrieran la puerta. Una vez logrado su objetivo y tras lograr la victoria en esa fortaleza hizo pagar a los defensores por su error ejecutandolos de diversas formas y quemado la ciudad hasta los cimientos.

Desde Giurgiu, Dracula se dirigió Danubio abajo hacia el mar negro, con su infantería viajando en barcazas y la caballería protegiendo ambas orillas del rio. Quemando pueblos y ciudades, saqueando todo el alimento que encontraba y empalando a todo turco que veía, Dracula empezó a recibir la ayuda de búlgaros, serbíos y griegos en su ruta hacia el mar negro.

Cada ciudad que conquistaba, Vlad enviaba una carta a Corvino informándole detalladamente del número exacto de enemigos que había eliminado: 6.414 en Giurgiu, 1.350 en Eni Sala, 6.840 en Durostor, 1.138 en Nicopolis, etc. Segun decía, en total había terminado con la vida de 23.884 turcos, incluyendo aquellos que habían sido quemados vivos en sus propias casas. Y como prueba, envió a Corvino dos grandes sacos llenos de orejas y narices de turcos, además de varias cabezas, incluyendo la de los enviados turcos, con el turbante aun clavado.

Sin embargo, el ejército turco lanzó una ofensiva contra Vlad en la que por su mayor número de contingentes acabarón invadiendo Valaquia, colocó a Radu II el Bello, hermano de Vlad como monarca de Valaquia y obligaron a Vlad a huir a Hungría.

Vlad huyó a Hungría para pedir protección y apoyo del rey, pero el rey lo encarceló hasta el verano de 1475. Durante sus doce años de encierro pedía a los guardias que le trajeran palos y pájaros para aplacar su sadismo empalando a ratones y pajarillos.

Tras su liberación y victoria en Vaslui llego su tercer reinado, reinado corto debido a su pronto asesinato. Este asesinato también esta lleno de mitos y leyendas populares que se crearon tras su muerte y durante la Edad Moderna en cuanto a lo que allí sucedió, ya que existen por lo menos tres versiones relacionadas a su muerte:

Existe una versión que asegura que murió durante la batalla por infieles boyardos que lo traicionaron, esto no es de extrañar viendo el odio que los boyardos guardaban hacía Vlad, persona que mando ejecutar a muchos de ellos en las peores circunstancias y a los que no ejecutaba les guardaba mucho tiempo de sufrimiento y cansancio construyendo su fortaleza.

Otra versión, señala que murió por sus propios guardaespaldas que lo traicionaron. Esta versión tampoco es de extrañar debido a que Vlad luchó y descargó toda su brutalidad tanto contra cristianos como contra musulmanes. Defendiendo lo que le convenía en cada momento, tanto musulmanes como cristianos lo tenían por maldito, quedándose él en una posición media, obligando a musulmanes de su país a luchar contra los musulmanes turcos y a los católicos a matar ortodoxos.

La tercera versión, y a la vez la más difundida, es la que señala que durante la batalla que se produjo durante la emboscada, antes de ser capturado por los otomanos, logró escapar de sus enemigos y para evitar que lo atraparan se colocó el atuendo de un soldado otomano caído para pasar desapercibido entre las filas enemigas y huyó dirección a sus hombres, estos al verlo lo confundieron con el enemigo y el resultado fue una muerte al instante por sus propios soldados, decapitándolo y dejando su cuerpo en el campo.

El único detalle del que se tiene certeza es que los turcos desollaron la cabeza cercenando su cara y su cabellera del cráneo y fueron llevados como trofeo a Constantinopla, donde el sultán ordenó que se colocara en una estaca para no dejar lugar a dudas con relación a la muerte de Vlad Dracula.

En cuanto a su cuerpo, nunca se ha sabido que sucedió con sus restos, pero se piensa que fueron depositados finalmente en el monasterio de Snagov. Durante una campaña arquelógica entre el año 1932-1933 encontraron en el interior de una cripta de la iglesia del monasterio de Snagov el cuerpo intacto y una tela de seda ocultaba la cabeza. Al retirar la tela de seda se pudo observar como la piel del rostro y el cabello habían sido arrancados y vieron como el cuerpo en cuestión de minutos se desintegraba, con lo cual era imposible aclarar de quién era el cadáver.

Sin embargo, según los observadores del momento y teniendo en cuenta la información sobre su muerte y observando la costumbre turca de arrancar la piel de la cara y el cabello se ha concluido que, muy probablemente, se trataba del cadáver del legendario y temido Vlad III, príncipe de Valaquia.

También, hay gente que dice que la tumba que tenía su nombre estaba vacía y en su interior solo habían restos de animales, esta explicación se sustenta en que los monjes griegos que se hicieron tiempo después con el monasterio, no quisieron que un personaje tan despiadado estuviera enterrado en el lugar más sagrado del monasterio, así que sacaron sus restos y los enterraron en otra tumba junto a la entrada. Esa tumba se derrumbó por efecto de una riada y los restos de Vlad se perdieron en el lago.

Estos mitos sobre su persona se fueron creando tras su muerte y fueron creciendo durante la Edad Moderna, hasta la llegada en 1897 de Bram Stoker, fecha en la publica su célebre novela Drácula, en la que el protagonista, identificable con el príncipe Vlad III, es un vampiro que alcanzará enorme notoriedad. Ahora bien, del histórico Vlad III apenas queda rastro, salvo la pertenencia al linaje valaco al que se alude mediante la onomástica al emplear el patronímico (Dracula) o la alusión a su campaña contra los turcos y su predilección a ejecutar a sus enemigos mediante el empalamiento.

Pese a la imagen negativa y cruel que se fue creando sobre Vlad el Empalador durante la Edad Moderna, en Rumanía fue venerado como paladín de la cristiandad contra la invasión musulmana, pese a que siempre se le representa con la estrella de ocho puntas, nunca con una cruz. En la actualidad Vlad Tepes es considerado un héroe nacional en Rumanía.

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Estatua de Vlad Tepes

Un saludo, Señor República.

El Manifiesto de Sandhurst.

El Manifiesto de Sandhurst es un documento de carácter político firmado el 1 de diciembre de 1874 por el entonces príncipe Alfonso de Borbón (futuro rey Alfonso XII de España). En el documento mostraba su disposición para convertirse en rey de España, siendo partidario de una monarquía parlamentaria.

Alfonso XII, era hijo de la reina Isabel II de España, y  había cumplido 17 años el 28 de noviembre de 1874. Se encontraba exiliado tras la revolución de 1868, que destronó a su madre, dándose al final del periodo conocido Sexenio Democrático.

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Alfonso XII, apodado «el pacificador».

Había estudiado en varios países y terminó su formación en la Academia Militar británica de Sandhurst, de la cual recibe el nombre este manifiesto.

En España, tras la revolución de 1868, se habían sucedido distintos regímenes En 1874 había caído la Primera República, tras el golpe del general Pavía y el poder se encontraba en manos del general Serrano. Esto dio lugar a la entrada en escena de Antonio Cánovas del Castillo, quien  creó el Partido Alfonsino, y a partir de 1873 comenzó a trabajar para la vuelta de los Borbones a España, siendo este el auténtico artífice de la Restauración borbónica.

El documento fue firmado por el príncipe el 1 de diciembre de 1874, tradicionalmente se le ha atribuido a Cánovas, mientras realizaba sus estudios en la academia militar ya mencionada.

El manifiesto se redactó formalmente con el pretexto de contestar a las felicitaciones recibidas al cumplir diecisiete años, que significaba la mayoría de edad.

En el documento se daba a conocer el nuevo sistema político que se quería implantar, una monarquía constitucional, de tipo conservador y católico, que defendía el orden social, pero que garantizaba el funcionamiento del sistema político liberal.

«…ni dejaré de ser buen español ni, como todos mis antepasados, buen católico, ni, como hombre del siglo, verdaderamente liberal.»

Alfonso de Borbón.

El manifiesto se publicó por la prensa española el 27 de diciembre, dos días después, el 29 de diciembre, el general Martínez Campos realizó un levantamiento militar en Sagunto, proclamando Rey de España a Alfonso XII, El levantamiento no encontró gran oposición en el país. Cánovas del Castillo rápidamente asumió el ministerio-regencia a la espera del rey, lo que supuso el nacimiento de la Restauración borbónica.

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Viñeta de la revista satírica  «El Loro», donde se muestra a los lideres de los dos grandes partidos de la restauración. 

Un fragmento del  Manifiesto de Sandhurst firmado por  Don Alfonso de Borbón.

“He recibido de España un gran número de felicitaciones con motivo de mi cumpleaños. Cuantos me han escrito muestran igual convicción de que sólo el restablecimiento de la Monarquía Constitucional puede poner término a la incertidumbre que experimenta España. Dícenme que antes de mucho estarán conmigo todos los de buena fe sean cuales fueren sus antecedentes políticos, comprendiendo que no pueden tener exclusiones ni de un monarca nuevo y desapasionado, ni de un régimen que represente la unión y la paz…Por virtud de la espontánea y solemne abdicación de mi augusta madre, tan generosa como infortunada, soy único representante yo del derecho monárquico en España… Por todo esto, sin duda, lo único que inspira ya confianza en España es una Monarquía hereditaria y representativa. En el entretanto, no sólo está hoy por tierra todo lo que en 1868 existía… Si de hecho se halla abolida la Constitución de 1845, hallase de hecho abolida la que en 1869 se formó sobre la base inexistente de la Monarquía…No hay que esperar que decida yo nada de plano y arbitrariamente… Llegado el caso, fácil será que se entiendan un príncipe leal y un pueblo libre… Sea la que quiera mi propia suerte, ni dejaré de ser buen español, ni, como todos mis antepasados, buen católico, ni, como hombre del siglo, verdaderamente liberal.”

 Alfonso de Borbón, Sandhurst, 1 de diciembre de 1874.

Don Tiranía.

Stefan III cel Mare, príncipe de Moldavia.

Esteban III de Moldavia (1433-1504) fue conocido como “Esteban el Grande” (Stefan cel Mare) o “Esteban el Santo”, fue príncipe de Moldavia entre 1457 hasta su muerte en 1504, fue el miembro más destacado de la Casa Real Musat. Recibió apoyo militar de Vlad III de Valaquia en su lucha frente a los otomanos.

Esteban o Stefan, como se le llamaba en Moldavia, transformó su principado en un estado poderoso que mantuvo su independencia a pesar de las ambiciones de los grandes estados que le rodeaban como eran Hungría, Polonio o el Imperio Otomano que querían someter el territorio moldavo. Durante su reinado se dieron continuas guerras debido a que su territorio se situaba en una zona de conflicto fronterizo, pero eso no pudo evitar el florecimiento culturar y económico de Moldavia bajo su reinado.

Una de las características de su reinado fueron la lucha frente al poderoso Imperio Otomano, Esteban además de ser un gran jefe militar demostró  que también era un gran diplomático sensato y refinado, de las 36 batallas libradas contra los turcos venció en 34, en la batalla de Vaslui venció de manera definitiva las ambiciones de los otomanos en su territorio, tras esta gran victoria el Papa Sixto IV le nombró “campeón de la fe cristiana”.

La religiosidad del príncipe moldavo quedaba evidente en la construcción de innumerables iglesias y monasterios por todo su territorio tras sus victorias frente a los otomanos, también aseguro la autonomía de la comunidad monástica con el pago de la deuda del Monte Athos a los otomanos.

Otro de sus grandes enemigos fue el rey de Hungría, Matías Corvino, que intento invadir el territorio de Moldavia pero Esteban consiguió vencerlos en 1467, posteriormente decidió la invasión de Valaquia que estaba dominada por los otomanos en 1471. Tras la victoria contra los turcos pudo frenar sus ansias expansivas por estos territorios.

En 1484 Esteban III tuvo que hacer frente no sólo a los ataques otomanos sino también a los polacos y húngaros, teniendo que firmar en el año 1486 el tratado con el sultán Beyazid II, asegurando el autogobierno de Moldavia pero a cambio de un tributo anual convirtiéndose así el principado en un vasallo del Imperio Otomano durante más de 300 años.

A pesar de la gran cantidad de enfrentamientos con todos los territorios fronterizos y el sometimiento al Imperio Otomano, el reinado de Esteban III , como ya hemos dicho antes, estuvo marcado por un gran desarrollo de la cultura que estaba ligada a la construcción de monasterios e iglesias que hoy en día son patrimonio de la humanidad. Esteban fue considerado por muchos cristianos como santo y fue canonizado poco después de su muerte por la Iglesia Ortodoxa Rumana. Esteban murió en 1504 en Suceava siendo enterrado en el monasterio de Putna, que fue construido bajo sus órdenes.

El legado que nos deja este personaje es enorme siendo admirado por la comunidad rumana, como ejemplo citar una campaña televisiva rumana denominada “Grandes Rumanos” en el que el pueblo voto a Esteban III como “El más grande rumano” de la historia. Nicolae Iorga , historiador rumano, nos habla del carácter de este personaje diciéndonos que fue una gran referencia para el pueblo rumano teniendo como características la honestidad, la paciencia, la valentía, el equilibrio  y siendo amante de lo bello, sin soberbia alguna. Nos muestra un claro ejemplo del buen gobierno que ejerció siendo una referencia para su pueblo a día de hoy. La figura que nos deja Esteban III forma parte de la literatura popular y de la cultura rumana.

Saludos de Mr. Democracia.

Los últimos días del emperador Carlos V.

Durante el año 1555 el que fue emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y rey de los territorios hispánicos decide retirarse al monasterio de San Jerónimo en los Cuacos de Yuste en Extremadura, no sin antes abdicar de todos sus deberes como emperador y como sumo monarca de la herencia hispánica.

Las abdicaciones imperiales tuvieron lugar en Bruselas entre los años 1555 y 1556 dejando en manos de su hermano Fernando, que ya era Archiduque, la dirección del Sacro Imperio, aunque los electores imperiales no aceptaron la renuncia hasta el año 1558. Durante este período tuvieron lugar las abdicaciones en favor de su hijo Felipe dejándole los territorios hispánicos y las Indias, convirtiéndose así en el monarca Felipe II.

-Abdicación en Bruselas (1555-1556) dejando el Sacro Imperio en manos de su hermano Fernando I.

Tras las abdicaciones de todos los territorios de los que era gobernante Carlos decidió poner rumbo a España por diversos motivos, uno de ellos era la enfermedad de la gota que lo tenía muy débil  haciendo que pareciera mucho más mayor de la edad que tenía, en España se encontraba el mejor clima para poder aliviar los males que le provocaba la gota. Su camino de regreso a España lo inició en Flandes por barco hasta Laredo, tardó un mes y tres semanas en llegar a Jarandilla de la Vera en Extremadura lugar donde se hospedó en el Castillo del Conde de Oropesa, allí residió desde el 11 de noviembre de 1556 hasta el 3 de febrero de 1557, estaba a la espera de la finalización de las obras de la casa palacio que había mandado construir al lado del Monasterio de Yuste. En este palacio inició su retiro acompañado de la orden de los Jerónimos con la que se sentía identificado, estos lo ayudaron espiritualmente.

En este retiro espiritual quiso buscar un alejamiento de la política de estado pero no fue así, pues en muchas ocasiones estuvo recibiendo a innumerables personalidades de la política, además de que estuvo compartiendo correspondencia con su hijo Felipe II intentando guiarle y aconsejarle en tareas de gobierno. Su majestad cesárea estuvo continuamente oyendo misas y buscando la paz que otorgaba la convivencia en el monasterio. Esta comunidad jerónima estaba compuesta por 38 miembros que estuvieron al cuidado del que fue el hombre más poderoso de su tiempo y que en ese momento presentaba un aspecto bastante demacrado, enfermo, cansado y completamente desdentado dando una imagen de un anciano de más de setenta años de edad.

Entre las diversas personalidades que acompañaron la presencia del monarca encontramos a Francisco de Borja, tercer general de la Compañía de Jesús. Las personas que se hicieron cargo de Carlos ampliaron el número de personal en el monasterio a cincuenta teniendo que vivir en residencias cercanas al monasterio. Durante la presencia del emperador en Yuste llegaron grandes cantidades de comida de muchos rincones del imperio, además de cerveza, para hacer más llevadera la presencia de semejante residente.

Otra de las personalidades que estuvieron ante la presencia del monarca fue un joven de doce años de edad llamado Jeromín (Jerónimo), que lo visito en varias ocasiones, este joven era un gran amante de la literatura bélica y paso tiempo en presencia de Carlos que lo recibía muy a menudo. Tras la muerte del emperador el joven se le fue revelada su auténtica identidad como hijo bastardo de Carlos, pasando a llamarse Juan de Austria siendo reconocido por Carlos y en el futuro dirigiría las tropas de su hermanastro Felipe II en grandes batallas como fueron las de Lepanto o en las revueltas de las Alpujarras.

-Encuentro entre el emperador y Jeromín, futuro Juan de Austria.

El 21 de septiembre de 1558 falleció Carlos I de España y V de Alemania debido a la picadura de un mosquito que le trasmitió la malaria que en poco tiempo acabo con la vida del que fue uno de los personajes más ilustres de nuestra historia y de la historia moderna europea. Sus restos fueron enterrados en la iglesia del monasterio hasta que en el año 1573 tras la construcción del Monasterio de El Escorial por Felipe II se trasladaron el cuerpo del emperador y el de su hermana la infanta Leonor de Austria, de esta tarea se hizo cargo el quinto conde de Oropesa. El ataúd del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y sumo monarca de la herencia hispánica descansa en la Cripta Real del Monasterio de El Escorial más conocida como el Panteón de los Reyes, donde en la actualidad reposa junto a él todos los monarcas de la conocida como casa de los Austrias y los reyes de la familia Borbón.

-Panteón de los Reyes en el Monasterio de El Escorial donde descansan los restos del emperador Carlos V.

Saludos de Mr. Democracia.

De la dictadura de Trujillo a la República Democrática del Dr. Balaguer.

El siglo XX nos deja un sur y centro de América, lleno de dictadores y líderes políticos que con el pretexto de “salvar a su país” realizaron atentados contra la humanidad, verdaderas masacres y asesinatos durante la duración de sus dictaduras. En Chile tenemos a Augusto Pinochet, en Perú nos encontramos con Alberto Fujimori, Hugo Banzer en Bolivia o Batista en Brasil, presidentes que de una ideología marxista o ultraderechista presidieron los distintos países del sur y centro de América dejando periodos de terror en la sociedad, utilizando la política y el ejército como brazos armados en favor de sus intereses absolutistas.

El caso de la República Dominicana no es ninguna excepción, nos encontramos con el gobierno de Rafael Leónidas Trujillo más conocido durante su gobierno como “El Benefactor” un político militar que dirige la dictadura de República Dominicana desde el año 1930 hasta su asesinato en 1961, más de treinta años de terror en el que la sociedad dominicana vivió un “falso sueño” pues consiguieron una gran recuperación económica con respecto a su competencia con Haití pero pagando un alto precio, pues la dictadura de Trujillo nos deja momentos de auténtico terror. El conocido escritor peruano Mario Vargas Llosa nos trae en el año 2000 su libro titulado “La Fiesta del Chivo” una novela que nos narra los últimos años de la llamada Era de Trujillo a través de la vivencia de distintos personajes a los que el régimen dictatorial les afectó de una y u otra manera.

Rafael Leónidas Trujillo.

Los EE.UU. apoyaron la dictadura ultraderechista de Trujillo con tal de luchar contra los líderes comunistas como Fidel Castro en Cuba, pero la década de 1960 nos deja una rotura de las relaciones con los norteamericanos en parte por los problemas religiosos y por el atentado a Rómulo Betancourt. El asesinato de las tres Hermanas Miralba opositoras al régimen hizo que el apoyo de EE.UU. se convirtiera en una amenaza para el régimen trujillista.

El 30 de Mayo de 1961, concretamente a las 09:45 de la noche en el kilómetro 9 de la carretera de Santo Domingo a San Cristóbal , el coche en el que viajaba el dictador fue ametrallado en una emboscada protagonizada por Modesto Díaz, Salvador Estrella Sadhalá, Antonio de la Maza, Amado García Guerrero, Manuel Cáceres Michel, Juan Tomás Díaz, Roberto Pastoriza, Luis Amiama, Antonio Imbert, Pedro Livio y Huáscar Tejeda, muchos de ellos pertenecieron al ejército y otros fueron altos mandos del gobierno de Trujillo que vieron la necesidad de su asesinato ante la situación en la que estaba el país, y más por la cantidad de asesinatos que el dictador dominicano hacía día sí y día también. El vehículo recibió más de 60 impactos de los cuales siete acabaron en el cuerpo del dictador acabando con su vida, su chófer sufrió varios balazos pero no perdió la vida.

Recorte de periódico que muestra la foto de los miembros que asesinaron a Trujillo, en busca y captura.

Se cree que la CIA pudo proporcionar las armas que acabaron con la vida del dictador, pero no se sabe con seguridad si esas armas fueron las utilizadas por los protagonistas del atentado. El general Imbert, único superviviente, negó ningún apoyo de la CIA estadounidense en el atentado contra “El Benefactor”. Tras su muerte se realizó un funeral de estado ese mismo año, con una larga procesión que acompañó al cuerpo desde el Palacio Nacional hasta la localidad de San Cristóbal donde allí fue enterrado. Miles de personas acompañaron al féretro y el actual presidente de la república Joaquín Balague realizó el discurso en el que decía que iba a continuar con la causa que Trujillo comenzó y que siempre honrarían su memoria.

Poco tiempo después la familia de Trujillo tuvo que abandonar el país, quedando como último miembro su hijo Ramfis Trujillo que asumió el control de la república tras la muerte de su padre, aunque finalmente también marchó a Francia con el cuerpo del dictador  pues  muchos lo habían sacado de su tumba para pasearlo por las calles de San Cristóbal a modo de reivindicación y burla contra el dictador. Las represarías contra aquellos que organizaron el asesinato del dictador fueron enormes, el Servicio de Inteligencia Militar (SIM) en poco tiempo dio con la mayoría de los miembros y los mataron, muchos fueron torturados antes para poder saber hasta dónde llegaban las ramas conspiratorias del atentado. El Secretario de las Fuerzas Armadas de la dictadura José René Román más conocido como “Pupo” fue arrestado y torturado al saber que formaba parte del complot. Ramfis Trujillo fue el que dio el visto bueno a todas las ejecuciones de aquellos que habían quitado la vida a su padre.

Los miembros de la familia de Trujillo hicieron todo lo posible por mantener el régimen dictatorial que dejo Rafael Leónidas Trujillo e incluso conspiraron con hacer un golpe de Estado al actual presidente Balaguer, pero finalmente por presiones nacionales o por la gran convicción del Doctor Balaguer la familia se marchó del país dejando en manos del presidente de la República el futuro del país. Un Consejo de Estado liderado por Balaguer puso en marcha una apertura política que culminó con la celebración de elecciones en el año 1962, estas elecciones fueron las primeras con características democráticas en las que los partidos políticos volvieron a tener participación en la gobernación del país dominicano. El vencedor de esas elecciones fue Juan Bosch del partido Revolucionario Dominicano con un 59,5% de los votos escrutados.

Joaquín Balaguer, miembro de la República durante de la Dictadura de Trujillo. 

Fue en 1966 cuando asciende al poder Joaquín Balaguer uno de los “presidentes títeres” de la dictadura de Trujillo. Se mantuvo en el poder durante doce años y se valió de fraudes electorales además de la represión a todos sus opositores para poder legitimar su elección “democráticamente”. Balaguer trajo durante esos doce años una dictadura disfrazada de democracia haciéndose valer de “artimañas” para ganar las elecciones continuamente. Su gobierno dejo buenas sensaciones y proyectos que modernizaron el país, aunque también hubo tensiones todas derivadas de la ocupación continua de poder del Doctor Balaguer que dejo periodos de conflicto. En 1972 un grupo armado denominado “Los Palmeros” protagonizaron una resistencia a las intenciones dictatoriales de Balaguer muy similares a las de Trujillo por eso intentaron su derrocamiento, finalmente no fue así.

En 1978 se volvieron a dar elecciones que dejaron como ganador  a Antonio Guzmán Fernández líder del Partido Revolucionario Dominicano. Su mandato se caracterizó por ser uno de los más liberales de las últimas décadas, su gobierno se dio hasta 1982 cuando se suicidó, sucediéndole el vicepresidente de turno Jacobo Majluta, en las elecciones siguientes ganó Salvador Jorge Blanco nuevo líder del mismo partido. En el año 1986 Joaquín Balaguer volvió al gobierno con 80 años de edad, venció en las elecciones de 1990 y 1994 todas estas elecciones con un claro trasfondo de fraude electoral. Estas denuncias de fraude hicieron que se diera una reforma electoral y un acortamiento de los mandatos presidenciales. En las elecciones de 1996 resulto electo Leonel Fernández miembro del Partido de la Liberación Dominicana, este gobierno trajo una modernización del país dominicano dejando atrás un periodo de dictaduras, amaños electorales y supremacía de los altos mandos militares.

Presidente de la República Dominicana en 1996, el Doctor Leonel Fernández. 

 

Un saludo de MR. Democracia.

El Compromiso de Caspe: la elección de un nuevo rey

El Compromiso de Caspe fue una reunión producida por nueve compromisarios en Caspe (Aragón), donde se produjo la renovación de la monarquía catalo-aragones y posiblemente sea el suceso más importante del siglo XV, pues con ella apareció la dinastía Trastamara con la figura de Fernando de Antequera, un noble de Castilla y que posteriormente sus sucesores darán lugar a la unión de ambos territorios (Reino de Castilla y Reino de Aragón) con el matrimonio de Isabel la católica de Castilla y Fernando II de Aragón.

La corona catalo-aragonesa se encontraba en una clara situación de decadencia biológica por la falta de descendencia. Los sucesores de Pedro IV «el ceremonioso» (1319-1387) fueron sus hijos Juan I y Martín I cuyos monarcas ambos tuvieron reinados no muy amplios. Juan I pese a que tuvo doce hijos, siete de ellos varones, todos ellos murieron antes que él, por lo que le sucedió su hermano, Martín I «el humano», que pese a tener un hijo, Martín “el joven”, este murió tempranamente y después el propio monarca en 1410.

  
Pedro IV                                                   Juan I                                           Martín I

Además, pese a que se lograron algunos éxitos exteriores como la reincorporación de Sicilia a la corona de Aragón mediante el enlace matrimonial de Juan I con María de Sicilia, pese a ello nos encontramos ante una situación de carestía en el exterior como podemos observar en su política exterior de expansión mediterránea, ya que se perdieron Atenas y Neopatria entre 1388 y 1391 y tuvieron que sofocar revueltas en Cerdeña y Sicilia. Revueltas provocadas por la República de Génova y por el Papa de Roma. El Papa de Roma, pues estamos en el contexto del Gran Cisma de Occidente, también llamado Cisma de Aviñón y la corona de Aragón se decantó por el Papa de Aviñón.

Por este motivo existe un debate sobre si la expansión mediterránea se produce por los intereses de la dinastía catalo-aragonesa o por los intereses económicos de los mercaderes que ejercen una dura presión sobre el monarca.

En el ámbito interno de la corona catalo-aragonesa tenemos guerras internas en los estamentos entre bandos y grupos de nobles, por ejemplo en el Reino de Aragón hubo tensiones internas entre banderías nobiliarias como los Luna contra los Urrea, o en el Reino de Valencia donde encontramos el conflicto entre la familia Vilaragut y posteriormente los Soler contra los Centelles.

En este contexto se produjo la muerte de Juan I sin descendencia y la muerte después de su hermano Martín I. Martín I «el humano» que tras la muerte de su hijo Martín «el joven» que murió sin descendencia legítima en el 1409 y su padre el año 1410, sin herederos directos legítimos, puesto que su hijo Martín «el joven» tuvo un hijo de una relación extramatrimonial llamado Fadrique de Luna, pese a ello Fadrique podría haber sido rey, pero a la muerte de Martín I tenía tan solo ocho años y carecía de partidarios que apoyaran su candidatura. Además Martín I murió sin haber indicado de forma clara quién habría de sucederle. Con lo cual, no encontramos rey en la corona de Aragón.

Esto dio lugar a un interregno que duró dos años y a que finalmente en el año 1412 se convocara en Caspe una reunión que resolviera la cuestión sucesoria entre dos grandes rivales al trono. Por un lado, Jaime de Urgel de origen catalán, conde de Urgel, casado con la hija de Pedro IV «el ceremonioso» y con lo cual hermana del último monarca y designado por Martín I como lugarteniente general de la corona, por lo tanto, era el candidato con más probabilidades, pero contaba con muchos enemigos dentro de la propia corona. El otro gran candidato es Fernando de Antequera, nombrado de Antequera por sus conquistas en esta zona, un noble castellano vinculado a la Corona de Aragón por su madre, era un hombre de gran prestigio, además en este momento era el regente de Castilla, por ser hermano del anterior rey de Castilla, Enrique III de Trastámara. En Castilla había un rey, pero este era menor de edad y en este momento el máximo dirigente de Castilla era Fernando de Antequera y por lo tanto tenía también un gran poder.

Fernando de Antequera

También había más pretendientes al trono, pero eran de menor importancia como eran: Fadrique, hijo ilegítimo de Martín «el humano», Alfonso duque de Gandía, que murió el 5 de marzo de 1412, antes de que se reunieran en Caspe, y Luis de Anjou y Juan II, estos dos últimos por descender de los reyes de Aragón por vía femenina. Si la referencia es Martín «el humano» tiene más derechos su nieto Fadrique, posteriormente Luis de Anjou y Juan II de Castilla sobrinos segundos de Martín. Si el parentesco se establece con otros monarcas, Fernando de Antequera es nieto de Pedro IV «el ceremonioso», Alfonso de Gandia es nieto de Jaime II y Jaime II de Urgel bisnieto de Alfonso «el benigno» y esposo de Isabel, hija de Pedro IV.

Árbol genealógico

Por lo tanto, varios rivales al trono, destacando sobre todo a Jaime de Urgel y Fernando de Antequera, todo esto en un contexto de conflictividad social en los territorios entre los partidarios urgelistas y los trastamaristas.

El Compromiso de Caspe del 29 de marzo 1412, se realizó en la localidad aragonesa del mismo nombre y supone la propuesta de Alcañiz de la reunión de tres «personas de santa vida y ciencia, buenas y notables» representantes por cada uno de los territorios que conforman la corona de Aragón, estos son tres compromisarios de Aragón, tres de Cataluña y tres del reino de Valencia, para decidir entre los candidatos a un nuevo rey.

Todo ello dentro de un contexto internacional, el Cisma de Aviñón y el traslado del Papado de Roma a Aviñón y con lo cual, nos encontramos en un periodo en el que hay dos Papas y división de la iglesia católica, por un lado los seguidores del Papa de Roma y por otro lado, los partidarios del Papa de Aviñón. En este momento Castilla es partidaria de Aviñón donde el Papa es Benedicto XIII, y por lo tanto es partidario de Fernando de Antequera. Esto influye en el pensamiento de un compromisario de Valencia como es San Vicente de Ferrer, un personaje que mueve masas con sus predicciones y que era partidario de Aviñón.

Además, en este contexto tenemos una situación conflictiva socialmente, en el caso del reino de Valencia, tenemos a los Vilaragut que eran partidarios de Jaime de Urgel y los Centelles partidarios de Fernando, por lo tanto, tenemos una guerra de bandas nobiliarias para controlar la ciudad, ambas bandas están implicadas con la elección del nuevo rey. En el reino de Valencia, tras la Batalla de Murviedro, la victoria es para los Centelles, que logran la victoria sobre los Vilaragut con la ayuda de Castilla, esto explica que los tres compromisarios de Valencia: Pedro Bertrán, que no voto alegando no haber tenido tiempo para formar una opinión y que sustituyo al jurista Gener Rabassa, que fue declarado demente, Vicente Ferrer y su hermano Bonifacio que apoyaban la elección del Papa de Aviñón, Benedicto XIII, también conocido como el Papa Luna, y explica que sean partidarios de Fernando de Antequera.

En el Principado de Cataluña también encontramos una división. Por una lado, la nobleza, partidaria de Jaime de Urgel y por otro lado, el patriciado urbano, partidario de Fernando de Antequera. Como consecuencia los compromisarios catalanes están divididos: Guillem de Vallseca, jurista y Pere de Segarriga, arzobispo de Tarragona, optaron por Jaime de Urgel, mientras que Bernat de Gualbes, representante del patriciado barcelonés, optó por Fernando de Antequera.

En cuanto al reino de Aragón, observamos como en principio Aragón muestra un problema legal, puesto que Fernando de Antequera es candidato por herencia materna y según las normas aragonesas las reinas no pueden reinar. Creando así un debate sobre si se puede transmitir la herencia de la corona, existiendo una división entre los que están a favor de la ley sálica vigente en Aragón y quienes defienden que según el Derecho aragonés las mujeres no reinan pero si transmiten sus derechos a los hijos varones. La decisión final es que si se puede transmitir la herencia, por lo tanto, la candidatura de Fernando de Antequera es legal y eso supone que los Compromisarios de Aragón: Domingo Ram, obispo de Huesca, Francisco Aranda y el jurista Berenguer de Bardaixí sean partidarios de Fernando de Antequera.

La decisión final fue a favor de la figura de Fernando de Antequera, pues de los nueve electores se produjo una abstención, seis votos para Fernando de Antequera y solo dos para Jaime de Urgel. El reinado de Fernando de Antequera supone el inicio de una nueva dinastía en la corona de Aragón, una dinastía de origen castellano, la dinastía Trastámara.


Acta notarial de la elección unánime de Fernando de Antequera como ret de Aragón por los nueve compromisarios de Caspe

Jaime de Urgel en un primer momento aceptó la decisión, pero posteriormente tomó la decisión de negarse a reconocer como nuevo rey a Fernando I y con ello denegar la decisión tomada por el Compromiso de Caspe, por este motivo se alzó en armas contra el monarca, pero fue derrotado en Castelflorite, Montearagón y asediado en el castillo de Balaguer donde finalmente se rindió. Jaime de Urgel fue condenado y sus bienes fueron confiscados, estuvo en varias prisiones hasta que finalmente murió en el castillo de Játiva el año 1433.


Tumba de Jaime II de Urgel en el castillo de Játiva
El Compromiso de Caspe ha dado lugar a diversas consideraciones históricas que han dado lugar a debate, ya que parte de la historiografía catalana actual acusa a la dinastía de los Trastámara de ser la culpable de la decadencia del siglo XV. Afirman que el resultado del Compromiso de Caspe perjudicó al principado de Cataluña y que hubiera ido mejor si el monarca escogido hubiera sido Jaime de Urgel, pues era de origen catalán, en cambio, la llegada de la monarquía castellana de los Trastámara supuso en Cataluña la imposición de la lengua y los modos políticos castellanos.

Además, se consideró como una traición a la Corona de Aragón por parte de aragoneses y valencianos por su elección del rey castellano. La corona de Castilla significó el precedente de los reyes católicos y el concepto de nación española, pero desde los años 60 autores como Vicent Vives dieron una nueva dimensión al debate. Otros historiadores consideran que el Compromiso de Caspe y la instauración de la dinastía Trastámara no son culpables de la decadencia de Aragón, sino que más bien es un proceso previo a la instauración de los Trastámara, además consideran que no es una dinastía negativa a la Corona, ya que algunos territorios como la ciudad de Valencia experimentan durante el siglo XV su periodo de esplendor y el mejor ejemplo para entender el esplendor de Valencia es la Lonja o mercado de Valencia.

 

Vicent Vives dice que no se puede considerar la coronación de Fernando de Antequera como un precedente del matrimonio de los reyes católicos y el nacimiento de la nación española, sino que su coronación tiene sentido en su contexto histórico, ya que todos estos argumentos son falsos, pues ambos reinos (Aragón y Valencia) no votaron a favor de Castilla, sino por lo más conveniente para sus intereses. Los aragoneses rechazaron la política exterior catalana que se basaba en la expansión mediterránea, mientras que los valencianos se vieron influenciados por las creencias de una monarquía fuerte y la influencia del Papa Benedicto XIII sobre Vicente Ferrer, un hombre que movía masas.

 

Un saludo, Señor República.