El Gran Memorial del Conde-Duque de Olivares.

Fue un informe confidencial cuya autoría se atribuye al valido de Felipe IV, Don Gaspar de Guzmán y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar , más conocido como el Conde-Duque de Olivares, en el cual se relataba la situación por la cual atravesaba la monarquía hispánica, y exponía los remedios para superarla.

En él, se proponía unificar todas las leyes e instituciones de los territorios de la monarquía compuesta para que la autoridad del rey,  saliera reforzada, al alcanzar en ellos el mismo poder que tenía en la corona de castilla.

El rey Felipe IV a caballo, pintado por Velázquez (Museo del Prado).

El rey Felipe IV a caballo, pintado por Velázquez (Museo del Prado).

El Conde-Duque de Olivares a caballo, pintado por Velázquez (Museo del Prado).

El Conde-Duque de Olivares a caballo, pintado por Velázquez (Museo del Prado).

 

 

 

 

 

 

 

La conocida afirmación “si vuestra majestad lo alcanzase seria el príncipe más poderoso del mundo” se ha atribuido tradicionalmente al Conde-Duque.

Históricamente, lo único similar al gran memorial, fue la llamado Unión de Armas (1626) dos años después de la supuesta redacción de este documento, la cual constituyo un total fracaso en la política interna del valido, provocando la crisis de 1640; con las revueltas de  Cataluña ( la llamada “guerra dels segadors”), Portugal (alcanzado la independencia en 1668) y Andalucía.

A pesar de los numerosos estudios, y la importancia dada al mismo dentro de la historiografía, debemos analizar dicho documento con cautela, ya que su hallazgo fue muy tardío, siendo conocido a través de un libro de Cánovas, presidente del gobierno durante la restauración, sobre la monarquía de  Felipe IV, además existen diversas versiones del documento, no hay un número claro de copias exactas, y su versión más antigua es de 1700, muy posterior a la fecha que se le atribuye.

Obra de A. Cánovas del Castillo, "Estudios del reinado de Felipe IV", donde se hace referencia por primera vez a dicho documento.

Obra de A. Cánovas del Castillo, «Estudios del reinado de Felipe IV», donde se hace referencia por primera vez a dicho documento.

Podemos numerar dos claros antecedentes que podrían dar lugar a la autenticidad de dicho memorial. La primera, sería la propia situación político-económica de la monarquía a comienzos del siglo XVII (depresión económica, guerra de los 30 años, guerra de los 80 años,…), por otra parte, asistimos a un tiempo de cambios, donde los gobernantes de las monarquías compuestas comienzan a alcanzar una mayor cohesión y uniformidad, traduciéndose en un mayor poder interno, con la finalidad de movilizar el máximo número de recursos y aumentando los ingresos de las haciendas reales para hacer frente un nuevo modelo de hacer la guerra, mucho más costosa que la tradicional.

En este ámbito, el memorial, suponía una transformación total que teóricamente permitiría solucionar los problemas de la monarquía hispánica.

Según las interpretaciones del hispanista británico John H. Elliott, el memorial,  se ha interpretado equívocamente, ya que desde la historiografía castellana se ha enfocado desde la imposición y dominación castellana, sobre el resto de territorios de la monarquía, por lo que Elliott subraya que no coincide con los conocidos conflictos de Olivares con la nobleza castellana, en defensa de portugueses y catalanes.

Al mismo tiempo, en el memorial, aparece la propuesta de Olivares de que el monarca se mueva por los territorios de la monarquía, principalmente los peninsulares, para salvar la ausencia real, y también, acabar con el monopolio castellano en cargos y puestos de la monarquía, permitiendo la entrada de catalanes y portugueses en los asuntos de Estado.

Don Tiranía.

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