La vida social en la Edad Media, lugares y minorías.

Si hay un elemento que caracteriza el mundo medieval, es la compleja relación social entre los distintos grupos de la misma, derivada de un contexto marcado por un elemento como la iglesia, que delimita las relaciones de este mundo.

Este mundo desde el punto de vista social, tiene una realidad dual, por un lado un mundo de relaciones sociales complejas delimitadas por distintos contextos en los cuales se mueve la sociedad, y por otro lado toda una serie de personas, que debido a las diferentes características de cada una les excluye del resto de la sociedad.

En la Edad Media, existían diversos focos de reunión, en los cuales las distintas capas de la sociedad medieval se relacionaban con sus allegados. Estos distintos focos, puntos de las relaciones sociales eran: la iglesia, el castillo, el molino, el mercado y la taberna.

Aparte de estos lugares, donde se llevaban a cabo las relaciones sociales de la mayoría de la población, había también, en la sociedad medieval un conjunto de minorías excluidas de cualquier tipo de relación social, estos son: los herejes, los judíos, hechiceros…

Construcao cidades. A cidade medieval

Edad media. Mundo rural y urbano.

La iglesia además de ser centro de la vida, y la identidad de la sociedad medieval, suponía también un centro de reuniones sociales en el cual, se celebran asambleas, juegos, mercados,… a pesar de los esfuerzos del clero por limitar su papel, a una función únicamente de la casa de dios, pero la sociedad cristiana del medievo buscó en todo momento dar a la iglesia una función como lugar de reunión y relaciones sociales, similar al que las mezquitas daban en el mundo islámico.

Por otro lado, el castillo señorial, también fue un importante centro de agrupación social, en el los jóvenes, hijos de los vasallos de los señores feudales, iban allí para servir a su señor e iniciarse en su aprendizaje militar, lo que permitía a los jóvenes relacionarse unos con otros en un ámbito fuera de su origen humilde y rural.

El molino, y el mercado eran a la vez iguales y diferentes, pues en ellos los habitantes, tanto del campo como de los burgos (las ciudades), eran los centros de las reuniones sociales, por un lado de los campesinos, y por el otro lado los burgueses.

En el campo, los molinos, son los centros de acción y relaciones de la vida rural, no hay ninguna duda de que los molinos fueron el lugar en el cual, los campesinos tratarían los temas más cercanos a su mundo rural, hablarían de los avances técnicos en la agricultura (serían centro de difusión de los mismos) y al mismo tiempo que serían el lugar idóneo para organizar las revueltas campesinas, estas continuas reuniones eran dadas por la necesidad de llevar el grano para convertirlo en harina.

medieval_fair

Día de mercado en la urbe medieval

En la ciudad, los mercados eran el centro de reunión en los cuales, los burgueses llevaban a cabo sus negocios y el resto de asuntos que de un modo u otro, les hicieron gobernar las urbes medievales.

Pero tanto en el campo como en la ciudad, había un elemento en común, la taberna. Ésta era, sin lugar a dudas el centro de las reuniones sociales de la sociedad medieval; pero al mismo tiempo, las tabernas suponían un conflicto entre los señores feudales y el clero, por un lado, los señores fomentaron el acudir a las tabernas, pues la misma pertenece al señor, así como los productos que allí se consumen como el vino y la cerveza, los cuales era también proporcionadas por el señor.

Por el lado contrario, la iglesia se oponía a este tipo de reuniones, pues eran lugares del vicio, donde los juegos de azar, las borracheras, la prostitución, etc… competían con las reuniones parroquiales.

Al mismo tiempo la taberna, acogían a los viajeros llegados de tierras lejanas, pues también tenían una función de hospedaje, era el lugar donde llegaban las noticias de lugares lejanos, las leyendas, los mitos,… allí se crean todo un tipo de mentalidades   que mueven y configuran la realidad medieval.

20060926124021-inv-54

La taberna medieval.

Los excluidos de este complejo mundo social, fueron algunos como los herejes, quienes fueron perseguidos sobre todo por el poder de la iglesia, ya en el siglo XII y XIII momento en el cual, se establece la Inquisición,  la herejía es tomada como “un crimen contra la iglesia y el bien común de la sociedad cristiana”. Al tiempo que se persigue a los herejes, se empieza a perseguir a los judíos, y en el IV con el Concilio de Letrán (en 1215), se les impone la obligación de llevar una insignia distintiva, la rueda. Anteriormente, a raíz del III Conflicto de Letrán (en 1179) aumentan las leproserías donde “acoger” a los leprosos.

Por último los enfermos (enfermedades físicas), eran vistos como malditos de Dios, y al mismo tiempo, malditos de los hombres.

Hecho por Don Tiranía.

Deja un comentario